Seguro que vuestros hábitos alimenticios (como los míos) han cambiado durante las últimas semanas. El calor sofocante nos invita a beber más agua y zumos de frutas naturales para combatir la pérdida de líquidos y sales minerales.
Ahora no apetecen comidas copiosas, picantes o muy calientes, ¿verdad?, así las ensaladas, gazpachos y salteados con mucha verdura, se convierten en protagonistas de cocinas y mesas. Hoy os invito a comer una crema fría de calabacines que os sentará fenomenal si la tomáis para cenar, y esto es porque es muy ligera y apetecible.
Los calabacines están entre las hortalizas más consumidas durante el verano, son digestivos, saludables y tienen un suave sabor; nos sirven para realzar ensaladas, hacer tiernas tortillas y acompañar los pimientos a la plancha. Pero vamos con nuestra crema de hoy.
Ingredientes (para cuatro personas):
Crema: dos calabacines medianos (o tres pequeños), tres patatas nuevas pequeñas, una cebolla dulce. 500 mililitros de caldo de pollo y verduras y un envase de nata para cocinar Kaiku sin Lactosa. También necesitamos aceite de oliva, sal, pimienta negra molida y albahaca seca.
Presentación: un puñadito de picatostes y una ramita de albahaca fresca por comensal.
Notas:
Yo he utilizado piezas de una de las variedades claras de calabacín, aunque también me gusta mucho preparar esta crema con calabacines de piel rayada.
Si los calabacines son pequeños y la piel está bien limpia, podemos cocinarlos sin pelar, el color resultante se acercará un poco al verde.
Cómo preparar nuestra crema fría de calabacines:
Lo primero que haremos es picar la cebolla y ponerla a rehogar con aceite de oliva en una cazuela. Mientras tanto podemos lavar bien la piel de las patatas y retirarla con un ‘pelapatatas’, las cortaremos en dados y cuando la cebolla adquiera el clásico color transparente, las añadimos. Pasados diez minutos se incorporan los calabacines también pelados y cortados en rodajas.
Tras remover la mezcla durante unos minutos deberemos añadir el caldo y dejar cocer durante unos 20 minutos aproximadamente: primero a fuego alto hasta que rompa a hervir, y después reduciremos al mínimo.
Cuando haya transcurrido el tiempo suficiente para reblandecer los alimentos, es hora de aderezar con un poco de sal, pimienta negra molida y albahaca seca. Por último (y sin retirar del fuego) añadiremos la nata.
Apagamos el fuego y continuamos removiendo hasta que la nata se ‘ligue’ con el caldo y las verduras. Utilizando una batidora de brazo trituramos la mezcla y la vertemos en un bol de cristal para dejarla enfriar. Nuestra crema de calabacín está lista para comer.
Tiempo de elaboración | 60 minutos Dificultad | Fácil
Degustación:
- Al verter la crema en los platos, podemos utilizar albahaca fresca bien limpia y picada, para decorar. Y no olvidéis unos picatostes para acompañar.
Macarena González es una mamá a la que le gusta meterse en la cocina para elaborar platos clásicos, y también para experimentar con nuevas texturas y sabores. Está convencida de que la comida es fuente de salud, por eso cada día dedica tiempo a escoger los mejores ingredientes con los que preparar alimentos para su familia. Es editora en Peques y Más.