Por segundo año consecutivo el Ayuntamiento de Almuñécar ha organizado un encuentro de blogueros gastronómicos en el marco de la Feria Gastronómica de Almuñécar. Este encuentro supone volver a ver a buenos amigos con nuestras mismas inquietudes gastronómicas y conocer algo más de la gastronomía de la costa granadina basada tanto en los productos del mar como en los cultivos de frutas tropicales como la chirimoya, el mango y el aguacate.
Almuñécar es también un precioso pueblo turístico que en el mes de junio, cuando se celebra la feria, ya empieza a estar animado e invita a darse un buen chapuzón en sus extensísimas playas, aunque por desgracia no tuvimos tiempo de disfrutarlas.
Restaurante Antiguo Mesón
En la noche del viernes nos encontramos en el Antiguo Mesón donde, dada la magnífica temperatura pudimos cenar en la terraza al lado de la playa. El chef Rubén Cabrera nos preparó una magnífica cena basada en gran parte en productos y platos granadinos. Empezamos con unos entrantes que consistían en remojón granadino, brotes de lechugas silvestres a modo de ensalada con guacamole, queso feta, macadamias y nuggets de gambón, carpaccio de salmón con frutos secos garrapiñados, un toque de reineta y parmesano servido con granizado de Calvente y por último unas malagueñas rellenas de gambas.
Seguimos con unas estupendas poupietas de mero con salsa de almendra marcona y sus verduritas a lo que siguió un milhojas de secreto de cerdo y setas en su jugo con papas rotas y raíces crujientes. Para cerrar la cena, y aunque ya estábamos más que llenos, le hicimos los honores a un delicioso fluído de chocolate sobre crema fina de vainilla de Tahití y unos toques de frutas del bosque.
Taller Cazuela mohína
El sábado, después de desayunar en el parque del Majuelo, sede de la Feria gastronómica, empezamos las actividades con un taller impartido por José Muñoz, de Heladería Daniel, acerca de un dulce tradicional de Almuñécar, la cazuela mohína. Aunque su orígen no esté muy claro, su sabor especiado nos remonta a la cocina árabe o mozárabe. Su nombre quizás se deba a la humildad de sus ingredientes y nos recuerda al dicho donde no hay harina todo es mohína.
La preparación de la cazuela mohína es muy fácil, pues consiste en mezclar almendra molida con pan duro también molido, amalgamarlo con un almíbar y aromatizarlo con canela, clavo y ajonjolí. Esta mezcla se pone en cazuelas de barro y se cuece al horno hasta que esté bien dorada. Su sabor recuerda al de los tradicionales alfajores.
Taller enogastronómico Un mar de sensaciones
Este interesante taller fue impartido por Maika Díaz Vivo en colaboración con el chef Jesús Montes Salguero y el summiller José Luis Carrión Medina. En él pudimos ejercitar con diversas actividades tanto la vista como el olfato y el gusto, acabando con una cata maridada con unas riquísimas tapas.
Empezamos con un Calvente Blanco de uva moscatel de Alejandría servido con atún de almadraba al aroma de jengibre y aguacate. El segundo vino fue un rosado Señorío de Nevada, de uvas garnacha, tempranillo y cabernet sauvignon acompañado con lomo de pescado relleno con langostino, salsa de mango, curry y huevas de salmón. Siguió un Anchurón joven elaborado con uvas cabernet sauvignon, tempranillo, syrah y merlot con muslito de codorniz confitado en AOVE, confitura de níspola y puré con aromas de campo.
El último vino fue Los barrancos, de tempranillo, cabernet sauvignon y merlot con queso de cabra caramelizado con azúcar de caña, crema de chirmoya y miel de melaza. Por último, Ana Garín Pineda, ganadora del concurso Granacheff para cocineros jóvenes nos presentó su tapa ganadora canelón de trufa confitada sobre ajoblanco de chirimoya.
La feria gastronómica
El resto del día lo pasamos en la feria gastronómica, dónde actuamos como jurado del concurso de tapas en el que se concedieron los siguientes premios: Mayor originalidad al restaurante Árbol blanco por su bacalao al garum, mejor elaboración al Mesón Daniel por su empanada criolla, mejor sabor a la pastelería Mari Trini por su brownie y tapa revelación al restaurante Despensa de la abuela por sus luillis. Personalmente tengo que decir que no me pareció muy coherente la inclusión de dulces en un concurso de tapas.
También tuvimos ocasión de refrescarnos con un estupendo cóctel de chirmoya preparado con helado y sorbete de chirimoya y ron Mondero de la vecina Salobreña. El domingo, después de visitar algunos de los atractivos turísticos de Almuñécar acabamos el encuentro con una comida a pie de playa en el restaurante El balate a base de sardinas con migas de sémola y fritura de pescado con lo que dimos por terminado un magnífico fin de semana.
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