Cada año, -y ya van veintiséis ediciones-, tiene lugar en Jerez de los Caballeros la celebración de un interesante evento en el que el cerdo ibérico es el protagonista. Os hablo del Salón del Jamón Ibérico, una importante reunión en la que se puede degustar, comparar, comprar y aprender mucho sobre tan delicioso producto.
Este año tuve ocasión de acudir a visitar el Salón del Jamón ibérico de Jerez de los Caballeros, y aproveché para conocer la Dehesa Extremeña, visitar una finca donde se crían los mejores cerdos ibéricos, ver un secadero donde se producen los jamones y sobre todo, recorrer el Salón del Jamón y ver el ambiente que se genera en torno a tan importante producto de nuestra gastronomía.
El Salón del Jamón de Jerez de los Caballeros
Durante el fin de semana, toda la actividad de la villa se centra en el mundo del jamón ibérico. Así, se organizan mesas redondas, catas, shows y explicaciones sobre el jamón, concurso de cortes, cursos de catas de jamón, así como explicaciones sobre el maridaje. Todo un mundo apasionante para los que disfrutamos con tan maravilloso producto.
Además de la parte profesional y de interés gastronómico, también hay un gran ambiente popular, ya que desde todo los pueblos de la zona, acude el público a celebrar y tomar parte en el Salón del Jamón Ibérico, en el que pueden probar los mejores jamones de la zona a precios populares.
Lo que más me llamó la atención fue ver que una costumbre muy extendida entre los asistentes al salón, es comprar un jamón o una paletilla ibérica, (en función del número de personas que compongan el grupo) y comerselo allí mismo, en lugar de ir comprando raciones.
Los precios populares, desde 60 euros la paletilla ibérica y desde 120 el jamón ibérico, permiten hacer esta compra que incluye también el jamonero, el cuchillo y la chaira en grupos a partir de 3 personas que no tienen que aportar mucho dinero y que van a disfrutar del jamón entreteniéndose también en las tareas de abrirlo y realizar los cortes. Con unas cervezas o un vino, no se necesita más para disfrutar del ambiente durante el fin de semana.
La entrada al Salón del Jamón es gratuita y no es una feria para profesionales sino que está abierta a todos los públicos por lo que se convierte en una actividad festiva a la que van adultos y jóvenes que disfrutan comprando jamón, probando los distintos productos que ofrecen los fabricantes y descubriendo qué productores les gustan más.
Para las industrias del jamón, es una excelente oportunidad para presentar sus productos por lo que no es extraño que durante el Salón del Jamón haya más de 30 industriales con sitio propio, así como otras industrias complementarias como las que exponen sus vinos, cervezas artesanas, productos dulces o actividades relacionadas con el turismo.
Una de las actividades más interesantes fue realizada por uno de los cortadores de jamón que explicó las diferencias entre un jamón de cerdo blanco y uno de cerdo de raza ibérica, explicando las diferentes formas de la pezuña, el tobillo y la maza del jamón, así como sus características de infiltración de grasa y sabor.
Por supuesto, tras el corte de ambas piezas, los asistentes probaron jamón de ambas clases, entendiendo perfectamente qué diferencia existe también en el ámbito del sabor entre una y otra pieza. Evidentemente, el jamón ibérico se acabó enseguida mientras que el jamón serrano de cerdo blanco, pese a que estaba sabroso, no podía competir con su rival.
Tras haberse celebrado ya XXVI ediciones, es indudable el éxito del Salón del Jamón de Jerez de los Caballeros, que cuenta con un abundante y fiel número de visitantes que repiten cada año animados por la calidad de los jamones, los precios accesibles y el entorno, ya que tanto la belleza de la ciudad de Jerez de los Caballeros como la del entorno de la Dehesa Extremeña, de la que os hablaré más adelante, son suficiente atractivo para hacer más que apetecible la visita.
Además, las posibilidades gastronómicas que ofrece la zona, con dulces como el pastel turco (hecho de almendras y con un sabor similar al del mazapán o la tarta de Santiago pero con una textura muy esponjosa), platos típicos como los gurumelos, los caracoles o los espárragos trigueros y sobre todo la carne del cerdo ibérico en cortes como las castañetas, o los taquitos a los que allí llaman guarrito frito, completan un panorama muy atractivo para los que como yo son amigos de disfrutar de la buena mesa.
En resumen, que la visita al Salón del Jamón Ibérico de Jerez de los Caballeros es una actividad muy interesante, y que si nada lo impide, estaré de nuevo por allí el año que viene en la que será la XXVII edición de este certamen en la que sin duda volveré a disfrutar de tan interesantes productos y aprender más de cómo se elabora un jamón desde la crianza de los cerdos en la dehesa hasta su maduración en las bodegas, tema del que os hablaré próximamente.
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