Estas son ideales para cualquier cocina un poco decaída que necesite un toque sofisticado y su cuidado tiende puentes con las mascotas tamagotchis
Seguramente ya las hayas visto paseando por alguna jardinería o centro comercial y, muy posiblemente, te habrás quedado prendado de su belleza. Las kokedamas tienen un gran poder decorativo allí donde se instalan, así que son ideales para cualquier cocina un poco decaída que necesite un toque sofisticado.
Las kokedamas son una nueva propuesta montada artesanalmente según la tradición japonesa que consiste en darle a esta planta una maceta orgánica hecha a base de musgo y con una forma esférica.
De hecho, el nombre contiene la palabra musgo (koke) y dama (bola), de forma que su traducción literal al castellano sería algo así como bola de musgo. Para muchos, esta propuesta es una especie de mascota verde o tamagochi, con cuidados muy personalizados, con un diseño original y poco visto.
Es estupenda para decorar cualquier rincón del hogar en el que entre un poco de luz (en función de la planta que viva en esta maceta de musgo), y es perfecta tanto para interior como para exterior.
Dentro de esta bola de musgo pueden plantarse todo tipo de especies vegetales, como orquídeas, rosales, palmeras, helechos, olivos, crasas, monsteras, cintas, olmos y, en general, cualquier tipo de árbol hecho bonsái.
Sucesoras del bonsái
Esta técnica deriva de la técnica del bonsái, siendo ambas técnicas de jardinería muy similares en sus planteamientos, consistentes básicamente en darle a la planta los cuidados necesarios para que esta se desarrolle en un entorno limitado, manipulándola a nuestro antojo.
Así, la maceta se substituye por esta bola de musgo que, en cambio, tiene que estar suspendida de algún modo en el aire, ya sea con un cordón o con una especie de base de apoyo.
Uno de los principales rasgos de esta bola es su capacidad para mantener la humedad de la tierra y reducir la necesidad de riego, aunque uno de sus retos también se da en esta línea: hay que controlar muy bien que la exposición de esta bola de musgo a la luz no termine por secarla.
Su riego es además bastante particular: se hace por inmersión y consiste en sumergir esta bola por completo y que el musgo vaya bebiendo la cantidad de agua que necesite intercambiando un burbujeo con esta, como si fuera una esponja.
Antes de colocar la kokedama en su lugar hay que dejarla escurrir ya sea durante un rato de forma autónoma, o presionando un poco la bola para que esta suelte el excedente de agua.
Esta operación hay que repetirla una vez a la semana en invierno y cada tres días, aproximadamente, en verano, de manera que la planta no se quede sin reserva de agua. Aparte, es necesario pulverizarla con frecuencia para aumentar la humedad ambiental y favorecer su desarrollo.
Esta planta es una perfecta solución decorativa y con unos mínimos cuidados aportará ese toque extra vegetal que cualquier cocina agradece infinitamente.
Foto | Armand Valendez/Pexels y Pablo Ibañez/Pixabay
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