Los cinco bonsáis que sobreviven bien en cualquier cocina (a la vez que le dan un toque sofisticado)

Estos árboles viven muy bien en el clima interior de los hogares, ya que en estos las temperaturas son elevadas y constantes durante prácticamente todo el año

¿Quién ha dicho que las cocinas no son espacios dignos de albergar los árboles más distinguidos de la jardinería japonesa? Basta con una estancia que tenga entrada de luz natural y un rincón en el que se pueda poner este árbol.

Los bonsáis son árboles de especies tropicales y subtropicales en su mayoría (aunque también los hay de especies mediterráneas, entre otros) y viven muy bien en el clima interior de los hogares, ya que en estos las temperaturas son elevadas y constantes durante prácticamente todo el año.

Dentro de esta categorización hay algunas especies más complicadas de cuidar que otras, así que para garantizar que uno de estos árboles sobreviva en la cocina hay que elegir una especie que no sea frágil, que requiera un riego moderado y que no necesite excesiva luz (de la que las cocinas suelen carecer).

Ficus

El Ficus Retusa es una especie de bonsái bastante resistente, y por ello es una de las más extendidas en las jardinerías que venden este tipo de planta. Su gran resistencia y capacidad de adaptación son una excelente garantía de que sobrevivirán en la cocina aportando un elegante toque de la mano de sus brillantes hojas y sus raíces aéreas.

Olmo japonés

El bonsái Zelkova es otra de las especies más habituales en las jardinerías también por la facilidad de sus cuidados y su relativa resistencia al clima mediterráneo. Es un árbol sumamente resistente que vive tanto en el interior como en el exterior, y su hoja caduca no tiene por qué hacernos temer que algo ha ido mal. Su único inconveniente es la necesidad de luz que tiene este árbol.

Carmona

El bonsái Carmona Retusa es uno de los más conocidos por su fácil mantenimiento, su resistencia y su relativo rápido crecimiento. Es un árbol que requiere un riego bastante abundante durante todo el año (así que en las zonas de sequía es mejor obviarlo), y que aporta un color verde brillante al conjunto de la estancia. Tiene una bonita floración blanca que es un bonus extra para la cocina.

Olivo

Como árbol mediterráneo que es, el bonsái de olivo europeo está muy presente en los hogares de los aficionados a los bonsáis. Este es un ejemplar ideal para aquellas cocinas que, por su orientación, reciben mucho sol durante toda la jornada. Este árbol no quiere humedad y necesita un riego abundante cuando la tierra en la que vive se ha secado. Sin duda, es una opción ideal en las cocinas de estética rústica.

Serissa

El bonsái Serissa Foetida no es un árbol, sino un arbusto, pero su versión en bonsái es totalmente atractiva y muy decorativa, pues tiene también unas llamativas flores y un tronco rugoso que lo hacen todavía más interesante a nivel estético.

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Es un árbol más complejo de cuidar que los anteriores, pero en realidad no pide mucho: le gustan las condiciones estables de riego, ubicación y temperatura, así que la cocina parece un lugar ideal para conferirle todo ello.

Foto | ArthurHidden/Freepik y Freepik

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