Echar los restos del café a macetas y huertos no es buena idea, pero sí se pueden aprovechar
Las plantas son seres vivos que nacen, se alimentan, crecen y mueren. Esa lección la aprendimos todos en el colegio y vamos a suponer que la recordamos. Lo que tenemos menos claro es que su comida no es la misma que la nuestra, y por eso no es buena idea echar a la tierra restos de caldo, cáscaras de huevo u otras sobras; las podríamos estar matando lentamente. Lo que sí podemos usar son los posos de café, pero no directamente. Hay maneras de aprovecharlos con más eficacia.
Tirar los posos de café a la tierra de las plantas es una costumbre muy extendida casi como truco de la abuela, que seguro todos hemos visto practicar en nuestras familias. En mi caso, el gesto lo repetía -y repite- mi madre con las jardineras de su casa del campo, no así en las macetas del piso urbano. Cada mañana, el mismo gesto: termina de desayunar y vacía el filtro de café molido de la cafetera italiana directamente en la tierra. Nunca ha tenido muy claro si servía para algo, pero le daba un ligero olorcillo agradable al patio.
Anécdotas aparte, esos posos que nos da pena desperdiciar pueden reaprovecharse en beneficio de nuestras plantas o huerto, teniendo en cuenta ciertas particularidades. Como explican a Martha Stewart varios horticultores y expertos, hay que considerar el nivel del pH de la tierra, y el tipo de cultivo o planta. Además, ten presente que el café es rico en nitrógeno.
Plantas del huerto que se benefician del café. Las variedades vegetales que se prosperan mejor en suelos ácidos pueden agradecer los posos cafeteros en su sustrato. Son acidófilas los arces, hortensias, rododendros, helechos, judías, cítricos, arándanos, frambuesas, fresas, zanahorias, hinojo y remolacha; algunas variedades de tomate también toleran una acidez moderadamente baja, aunque no todos. Mejor echar los posos a las tomateras al principio de su temporada, antes de desarrollar los frutos, cuando necesitan más nitrógeno. No lo eches nunca en plantas que necesitan suelos más alcalinos, como las hierbas aromáticas, la lavanda o los geranios.
Convierte los posos en compost. La técnica que mejor funciona con menos riesgo es tratar los posos de café antes de usarlo como materia nutritiva para plantas. Hay que hacer el compost equilibrando los elementos orgánicos que aportan nitrógeno, como el café, con carbono, como hojas secas; aprovecha, por ejemplo las hojas caídas o que cortes de tus plantas, o las hojas de verduras que no uses. Procura mantener una buena proporción y no hacer compost con demasiado café, que no sea más de una quinta parte del total.
Fertilizante y antiplagas. No es buena idea echar los posos directamente de la cafetera porque la humedad puede compactar la superficie de la tierra y actuar de barrera, también con el riesgo de generar moho, hongos y bacterias. Lo mejor es acumular una buena cantidad y dejarlos secar, extendidos en una fuente o bandeja, durante unos días a temperatura ambiente, mejor al sol. Espárcelos sobre la superficie, pero evitando que caigan muy cerca de los tallos, y remueve un poco para que penetren ligeramente. Además de abonar, puede repeler a babosas, caracoles y otros visitantes poco agradables.
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