Estas flores crecen con mucha facilidad en cualquier terraza y su intimidante floración las convierte en un top ventas de la jardinería
¿Quién no ha tenido o tiene unos geranios en el balcón de su casa? Este clásico de las terrazas es tan fácil de cuidar que rara es la persona que jamás ha entrado en contacto con este.
Su colorido es otro de los motivos que, seguramente, los ha llevado hasta ser uno de los top ventas en jardinería: los tonos rosas, rojos, pero también muchas otras pigmentaciones moradas son posibles en los geranios.
Además, su floración es exuberante y bonita, colma cualquier expectativa y es dada a una gran e incesante producción si la planta está a gusto.
Si se tiene la precaución de ir podando y recogiendo las hojas marchitas estas plantas todavía nos devolverán el favor con más y más flores. Su intensidad no conoce límite.
Su necesidad relativa de riego y su impresionante capacidad de sobreponerse a semanas de sequía y a ataques de plagas también nos facilitan mucho la vida y los convierten en una excelente opción.
Ahora bien, los geranios tienen también algún aspecto no tan positivo: no les gustan los climas lluviosos ni las intensas jornadas de lluvia.
Lo mismo sucede con el drenaje: hay que dejar que escurran bien el riego y que no acumulen el agua en el cubremacetas, pues estos se pudrirán rápidamente si no se atiende a esta cuestión.
Foto | Heinz Klier/Pexels
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