Esta fórmula implica grandes desventajas respecto a la plantación en el suelo y nos obliga a un mayor mantenimiento
Los amantes de las plantas tienen que afrontar bastante a menudo uno de los gajes del oficio más habituales: el hecho de agacharse para sus plantaciones. Sin embargo, es un error elevar los bancales del suelo para evitar agacharnos y que nos sea más cómodo el trabajo hortícola.
Los lechos elevados son ergonómicos, y aparte tienen la ventaja de que protegen las plantas de las plagas que merodean por el suelo. Sin embargo, no todo es positivo y son muchas las cosas que pueden salir mal al elevar el bancal del suelo.
Aunque una de las ventajas de los huertos urbanos elevados suele ser el buen drenaje por la misma elevación, esto puede ser todo lo contrario si se elige mal la tierra y se deja que esta tienda a encharcar. En ese caso, la cubeta se convertirá en una caja para retener la humedad y todo el agua en su interior.
Temperatura del suelo
Por otro lado, la temperatura del suelo será diferente a la que tendría en estado natural: un bancal elevado siempre tendrá calentarse mucho más que si está integrado en el suelo y puede refrescarse con la frescura que le brinda el subsuelo.
Esto hará que la raíces estén más achicharradas y tengan que afrontar una mayor lucha contra la falta de humedad, sobre todo, en la mayoría de climas de la Península Ibérica, que en verano son poco clementes.
Esto hace que los bancales elevados requieran un riego mucho más frecuente, y eso es una desventaja en tiempos de sequía. Asimismo, como se les presupone un mayor drenaje, tienden a secarse más rápidamente y piden más agua para mantenerse húmedos y frescos.
Relleno de sustrato
Otra desventaja de este tipo de bancales es que requiere el relleno de sustrato, pues es necesario ir rellenándolo con sustrato adecuado por la pérdida que se genera con el mismo drenaje.
En conjunto, los bancales elevados requieren de un mayor mantenimiento que el cultivo en el suelo, más autoregulado, y uno puede desprenderse de estas obligaciones de control del riego y la humedad constantes.
Asimismo, uno de sus inconvenientes es el precio: pues donde tenemos un bancal que no cuesta nada a ras de suelo, estas cubetas pensadas para huertos urbanos suelen tener precios de desorbitados que no van a favor de la filosofía sostenible y equilibrada que pretenden proponer.
Foto | Freepik
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