Las petunias y los geranios llevan años reinando en balcones y jardines, pero hay una alternativa menos conocida que promete color durante todo el año sin tanto esfuerzo. Se trata de la lantana, una planta resistente, de crecimiento rápido y con flores que van cambiando de color con el tiempo.
A diferencia de otras especies que requieren cuidados constantes y períodos de descanso, la lantana florece de manera continua en climas templados, lo que la convierte en una opción perfecta para quienes buscan un jardín vibrante sin demasiadas complicaciones.
Es importante subrayar que la mayor ventaja es su resistencia. Tolera bien el calor, el sol directo e incluso la sequía, lo que la hace ideal para zonas con veranos largos. Además, es poco exigente con el suelo y se adapta tanto a macetas como a terrenos abiertos.
Otra característica interesante es su capacidad para atraer mariposas y abejas, favoreciendo la biodiversidad en jardines urbanos y rurales. Esto hace que si uno quiere contribuir al ecosistema, plantar lantanas sea una excelente decisión.
Cuidado con las hojas
Pero, como suele pasar, no todo es perfecto. En algunas regiones, la lantana puede volverse invasiva si no se controla su crecimiento. También hay que tener en cuenta que sus hojas pueden ser tóxicas para algunas mascotas, por lo que es recomendable mantenerlas fuera de su alcance.
Por el resto, es coser y cantar. En cuanto a los cuidados, basta con un riego moderado y una poda ocasional para mantener su forma. En climas fríos, puede perder flores durante el invierno, pero con la llegada de la primavera vuelve a brotar con fuerza.
Esta es una planta originaria de las regiones tropicales y subtropicales de América y África, donde crece de forma silvestre en praderas, bosques y zonas costeras. Su resistencia la ha convertido en una especie muy popular en todo el mundo, y de hecho se puede encontrar ampliamente en las calles.
Históricamente, fue introducida en Europa y Asia como planta ornamental, pero en algunas regiones ya se ha convertido en una especie invasora, desplazando a la flora autóctona.
Si estás cansado de replantar flores cada temporada, la lantana puede ser la solución para no tener que tocar las plantas de tu terraza y jardín. Es vistosa, fácil de mantener y, sobre todo, garantiza un jardín lleno de color sin interrupciones.
Foto | Ruel Madelo y Pixabay
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