Hojas amarillas de tus plantas: por qué pasa y qué hacer

Este es un defecto muy corriente y tiene unas causas bastantes concretas que pueden remediarse

Leaves
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Cualquiera que haya probado a tener una planta alguna vez en su vida sabrá que no es tarea fácil mantenerlas a salvo eternamente, o al menos durante largos periodos.

También será muy consciente de que el amarillear de las hojas no es para nada una buena señal y que hay que tomarse muy en serio este tipo de alertas lanzadas por la planta en señal de socorro.

Sin embargo, es muy común no tener ni remota idea de qué es lo que necesita la planta cuando sus hojas empiezan a ponerse amarillas o marchitas y entonces empiezan los bandazos.

Aún así, también es cierto que las plantas son muchas y muy diversas y que sus necesidades no se pueden responder en bloque, con una sola verdad, sino con tantas posibilidades como microclimas y especies existen sobre la faz de la Tierra.

No obstante, algunos signos como el amarillear de las hojas suelen señalar siempre en la misma dirección: la clorosis, según señalan los expertos de Be.Green.

Se trata de un proceso que  ocurre cuando a la hoja le falta clorofila, que es el nutriente que fabrica la planta para alimentarse y que es el responsable del color de la planta.

Ojo al riego

La causa más común es un riego inadecuado, ya ser por sobreabundancia y mal drenaje de la maceta o por escasez de agua. Es muy probable que una planta que empieza a poner amarillas sus hojas y a dejar que se marchiten es porque no recibe la suficiente cantidad de agua.

Otra opción es un problema de ajuste de la iluminación: demasiada luz o demasiado poca, de manera que la planta pierde vitalidad y sus hojas se ponen amarillas, desprendiéndose con facilidad al tocarlas o incluso sin hacerlo.

Pues bien, una vez identificado el por qué de este signo de socorro, se debe regar la planta y preparar una solución que puede conducirnos al éxito con un poco de paciencia.

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Aparte de ajustar estos parámetros, se tiene que preparar una solución con media taza de cerveza, hojas de té pequeñas y tabaco. Esta mezcla hay que rociarlas sobre las hojas amarillas, haciendo que los insectos las abandonen y dándoles un aporte extra de vitalidad que resulte exitoso para volver a la senda del crecimiento.

Foto | Freepik

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