Ocho trucos para acelerar el compostaje: soluciones fáciles para tener el mejor abono

Este proceso puede acelerarse sin necesidad de sacrificar la calidad del producto final y ahorrando amplios tiempos de espera

La idea de hacer un compostaje en casa resulta, para los hortícolas más apasionados, una idea super interesante que implica cerrar el ciclo y hacer que el huerto sea prácticamente un sistema de autoabastecimiento perfecto.

No obstante, la verdad es que este proceso, como todo en la naturaleza, toma su tiempo y no quiere prisas, pues en la descomposición intervienen muchos parámetros y microorganismos que nada entienden de prisas y cronómetros.

Ahora bien, sí que existen algunas soluciones para acelerar este proceso químico y conseguir en menos tiempo un jardín orgánico, ahorrándonos meses de espera sin haber sacrificado la calidad.

Menos es más

Hay que tener presente que todo lo que se eche al compostaje necesitará ser, justamente, descompuesto, así que es importante tener en cuenta que cuanto menor sea el tamañode la pieza más deprisa se descompondrá el artículo. Lo mejor es siempre hacer trozos pequeños y que nada de lo que se eche tenga más de dos centímetros.

No olvidar la tierra de jardín

En cualquier compostaje lo importante es que una masa de abono o tierra de jardín aporte los microorganismos y bacterias encargados de la descomposición. Sin estos beneficiosos organismos no habrá operarios en esta mezcla.

Cuidado con las proporciones

Un compostaje con una de sus medidas desproporcionadas tendrá más dificultades para funcionar. La descomposición se basa en una mezcla de desechos vegetales y orgánicos (procedentes de fruta y verdura, esencialmente), es decir, carbono y nitrógeno. Lo que más acelerará el proceso es contar con mucha materia orgánica (más que la vegetal).

Una mantita va bien

Aunque la pila debe estar a la intemperie, es muy útil conseguir que alcance cierta temperatura para acelerar su desarrollo. Cubrirla con una manta o alfombra vieja es útil, pero también poner sobre esta una capa de paja que absorba el calor. El calor reunido en su interior encantará a unos microorganismos que viven con total confort temperaturas elevadas.

Nada más que agua

Los restos añadidos al compostaje en seco no se descompondrán, ya que los seres vivos que viven en él necesitan de la humedad para sobrevivir. La pila debe ir humedeciéndose (tampoco en exceso) para facilitar su trabajo. Si la pila está totamente seca, los pequeños microorganismos estarán totalmente inactivos o directamente ausentes. La consistencia de esponja húmeda es la ideal.

Vivan los gusanos

Las lombrices son unos excelentes invitados a esta fiesta. Su tarea en la descomposición es maravillosa al comer ingentes cantidades de restos de comida y excretar excrementos ricos en nutrientes.

Remover de vez en cuando

El oxígeno es otra de las necesidades básicas de la pila de abono. El hecho de removerla aportará en el interior de la pila este componente tan valioso con un simple gesto. Este fácil sistema permitirá que todo el mundo siga ocupándose de sus funciones a la mayor brevedad posible y que los microorganismos estén satisfechos.

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Activar la mezcla

Cuando a uno no le funcionan las anteriores soluciones, siempre puede optar por acelerar químicamente la mezcla con un acelerador de compost, de venta en la mayoría de centros de jardinería. Estos suben la temperatura e incrementan el crecimiento bacteriano, poniendo a todo el mundo a trabajar.

Foto | Freepik y Eva Bronzini/Pexels.

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