Las fresas son una de las mejores frutas de postre por su dulzura y buena combinación con grasas lácteas como la nata, y su cuidado es esencial para poder contar con abundantes frutos.
Esta planta es perenne, por lo que si la mantenemos con vida y bien cuidada cada año podremos contar con ella. Si recibe los cuidados que necesita, volverá a crecer con vitalidad la siguiente temporada.
Conservarla es clave para garantizarse una nueva cosecha de frutos, y tener siempre fresas en el plato, año tras año.
Más vitalidad y menos enfermedades
Así, recortar las hojas viejas tras la cosecha conseguirá que la planta tenga más vitalidad para arrancar con un nuevo crecimiento y floración en el futuro.
Otro motivo para cortar las hojas en este momento es prevenir la proliferación de enfermedades en las hojas, ya que al podar se elimina la posibilidad de que estas se reproduzcan en las hojas.
En este sentido, para mejorar la salud de las plantas de fresas hay que limpiar las hojas y retirar las partes enfermas. Hay que retirar las hojas amarillentas y todas las que estén secas.
Es justo después de la cosecha cuando hay que podar las plantas, algo que sucede a mediados de julio. En este momento hay que retirar las hojas exteriores, salvo el corazón de la planta.
Foto | Aphiwat chuangchoem
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