Más que las plagas, uni de los mayores engorros del huerto son las malas hierbas, plantas de gran presencia, roba-nutrientes y de inútil presencia.
Estas embrutecen el suelo, crecen salvajemente en gran proporción y dan mucho trabajo a la hora de retirarlas, pues hay que agacharse para ir retirándolas del suelo.
Aunque arrancarlas es el método tradicional, existen algunos trucos para deshacerse de ellas con mayor habilidad y, sobre todo, acierto, pues la planta necesita ser arrancada de cuajo, con todas sus raíces, para que no siga reproduciéndose sine die.
El truco de los jardineros
Son muchos los jardineros que usan este sistema, pues un grácil gesto y sus puntas delgadas se encargan prácticamente de todo.
Este gesto consiste en introducir el tenedor al lado del tallo principal y, acto seguido, levantar el mango con su sistema radical atrapado en las púas.
Un gesto opcional será dar media vuelta antes de retirar la empuñadura para, de algún modo, atrapar toda raíz díscola.
En cualquier caso, es importante retirar las malas hierbas tan buen punto asoman por el suelo, pues evitar que produzcan semillas será clave para frenar su propagación.
Cuanto más se dejen extender, mayor será la dificultad para eliminarlas, pues sus raíces serán como un iceberg del que quizás no nos demos cuenta pero que está allí.
Foto | Egor Komarov/Pexels
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