Parece un detalle sin importancia, pero resulta muy molesto lidiar con una tapa rota en pedacitos
Quejarse por la tapa rota de un yogur puede parecer una nimiedad digna de problemas del primer mundo, pero hay que reconocer que es uno de esos incordios cotidianos tan irritantes como los diabólicos tapones sostenibles de tetrabriks. Es muy irritante tener que quitar con las manos los pedacitos pegados al envase que dificultan extraer su contenido.
Las más rebeldes suelen ser de aluminio, tapas secundarias diseñadas para ser arrancadas del tirón en envases de gran tamaño, que a menudo no gastamos de una vez. Aparecen a menudo en tarrinas de más de 200 g de yogur natural, yogur griego, queso fresco batido desnatado, cottage, quark, queso crema de untar, kéfir y otros lácteos enriquecidos con proteínas, tan de moda últimamente.
Ya sabemos que esa tapa secundaria siempre debe retirarse por completo tras el primer uso, guardando el producto en la nevera de nuevo con la tapadera primaria más externa, de plástico duro, para evitar problemas de seguridad alimentaria. Pero no siempre es fácil arrancarla de una vez limpiamente.
Por suerte, hoy encontramos trucos para casi todo en las redes e incluso hay ideas que no solo son virales, sino que funcionan de verdad. Es el caso de esta técnica sencillísima para facilitar que la tapa de aluminio se despegue de una pieza, sin utensilios raros ni malabares.
No tenemos más que frotar todo el contorno de la tapa, donde está pegada al borde del envase, con cuidado de no romperla por el centro, para generar calor por fricción. Podemos hacerlo con la mano o, menos doloroso, con la tapa dura de plástico o cualquier objeto similar que tengamos por la cocina. Un paño de tela limpio también nos serviría.
Tras frotar unos segundos enérgicamente ya podemos despegar la tapa con un movimiento rápido, con cuidado pero tirando firmemente, dejando que se despegue de forma natural al levantar la tapa desde un extremo. No es un método 100% infalible, pero damos fe de que suele funcionar.
Aunque nos centramos en los lácteos, este tipo de sellos de aluminio también aparecen en otros productos de alimentación como los típicos botes de cacao soluble. Y también es un truco muy práctico para los envases cosméticos y de baño que también suelen venir de fábrica con tapas protectoras de aluminio diseñadas por el demonio.
Imágenes | DAP - Helen Penjam
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