La achicoria es una verdura perteneciente a la familia de las asteráceas con más de un millar de géneros y más de 20.000 especies. Una de sus características principales es la flor, que está compuesta por cientos de flores diminutas.
Es crujiente y con color, tiene un característico sabor amargo que da un toque especial en las ensaladas y a las verduras que utilizamos en invierno. Cocinada a la parrilla se convierte en una ideal guarnición en carnes y pescados.
Sus valores nutricionales son elevados y además posee una gran capacidad antioxidante, de hecho, posee caroteno y otras sustancias capaces de contrarrestar el envejecimiento de los tejidos. La temporada de la achicoria dura varios meses, si la tienes que comprar, escoge siempre ejemplares de hojas frescas, sanas y firmes. El color es muy importante, si las hojas están descoloridas (parduscas o amarillentas) o ves que tienen indicio de daño causado por insectos, recházalas.
Para conservarlas, es preferible no exponerlas a la luz, ya que se altera su composición vitamínica y el sabor amargo se acentúa. Debemos guardar las hojas en lugares frescos, sombríos y ventilados. A la hora de introducirla en la nevera, debemos hacerlo siempre en una bolsa con agujeros para facilitar la respiración, pero nunca en recipientes herméticos y una cosa más, esta verdura no soporta la congelación.
Con la raíz de una variedad de achicoria se prepara incluso sucedáneo del café. Si aun no has probado la achicoria, te recomendamos hacerlo, verás que verdura con sabor para preparar tus platos.
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