Puede ser que hayas estado caminando por tu tienda local, y hayas visto una pequeña planta germinada llamada alfalfa en la nevera, y te hayas preguntado, ¿qué es eso?
La alfalfa (científicamente llamada Medicago sativa) o Lucerna, es una planta cultivada en todo el mundo. Alfalfa significa "padre de todos los alimentos" en árabe. Se cultiva en más de 70 países, debido a su gran adaptabilidad y a sus múltiples usos. Agricultores cosechan toneladas de brotes de semillas de alfalfa cada año.
Históricamente la alfalfa se ha cultivado para alimentar al ganado, para el pastoreo de caballos, ovejas, cabras, cerdos, pollos y vacas lecheras. Sin embargo, los humanos comen plantas de alfalfa, pero solo en forma de "brotes", es decir, las semillas jóvenes y germinadas. Estas contienen altos niveles de vitaminas esenciales, como A, B, D, E, K y minerales. Otros usan suplementos dietéticos a base de semillas y hojas de alfalfa.
Su origen: la planta de alfalfa
La planta de alfalfa es una legumbre perenne con hojas trifoliadas y flores de color azul a violeta. Pertenece a la familia de las fabaceae, junto a los guisantes y los frijoles. Considerado el cultivo forrajero más importante del mundo, es decir que se cosecha con el fin de alimentar a los animales.
Según los historiadores de la botánica, la alfalfa es originaria de Medio Oriente. La planta se caracteriza por su adaptabilidad a las diferentes condiciones de cultivo y clima, por ejemplo, muestra una gran tolerancia a los vientos y a los terrenos secos. Esto es posible gracias a su sistema de raíces, que puede llegar a una profundidad de hasta 4,5 a 9 m, en busca de agua y nutrientes.
La longitud media de la raíz es de 1,2 a 1,5 m. La parte superior de la planta es más corta en comparación con el sistema de raíces. La altura de la planta varía de 60 a 120 cm aproximadamente. Hay más de 200 variedades conocidas de alfalfa, pero solo 6 a 8 se utilizan comercialmente a gran escala.
Los humanos pueden comer alfalfa, al ser una excelente fuente de vitaminas, proteínas y minerales. Popular en el continente asiático, probablemente hayas comido tallos de alfalfa en ensaladas, sándwiches, sopas y otros alimentos en los países. Sin embargo, a diferencia de otras legumbres, no es seguro para los humanos comer las semillas hervidas de la planta, sino más bien los brotes, en una cantidad racional.
La recomendación oficial de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) establece que los niños, los ancianos y las personas con sistemas inmunitarios debilitados deben evitar el consumo de brotes de alfalfa crudos. Por esto, muchas personas consumen tabletas y cápsulas de alfalfa como suplemento dietético.
Propiedades y beneficios
La planta de alfalfa es rica en vitamina K, fósforo, zinc, calcio y otros nutrientes que promueven una variedad de beneficios para la salud. La alfalfa se ha utilizado en la medicina tradicional china y ayurvédica durante mucho tiempo como medicina natural para la salud digestiva por ejemplo.
De acuerdo a WebMD, solo 1 taza de brotes de alfalfa proporciona los siguientes nutrientes: Calorías: 7,6, Proteína: 1,3 g, Grasa: 0,2 g, Carbohidratos: 0,7 g, Fibra: 0,6 g, Azúcar: 0,1 g
Además de vitaminas y minerales, la alfalfa también tiene compuestos bioactivos como alcaloides, cumarinas, flavonoides y fitoestrógenos. Una sola porción de alfalfa proporciona una dosis sustancial de vitamina K, que es una vitamina importante para la coagulación de la sangre. La vitamina K, junto con la clorofila y el hierro, promueven la producción de sangre, lo que puede ayudar a las personas con anemia por ejemplo.
La alfalfa es un alimento rico en fibra y por esto, contribuye a controlar los niveles de azúcar en la sangre al ralentizar la absorción de glucosa en los intestinos. Las investigaciones sugieren que la fibra dietética puede ayudar a tratar varios problemas relacionados con los problemas digestivos. Algunoscomo estreñimiento, hinchazón, gastritis y náuseas.
En la cocina
Los brotes de alfalfa frescos son semillas germinadas que los productores cosechan antes de que estén completamente maduras. Disponible en la mayoría de las tiendas especializadas, en la sección de nevera, se comercializan en recipientes de 200 a 250 g listos para usar.
Ahora bien, también es posible germinarlas en casa. Para hacer los brotes, agregar aproximadamente 2 cucharadas de semillas a un tazón o frasco de agua y dejar reposar de 8 a 12 horas. Escurrir las semillas y enjuagarlas. Retirar toda el agua que se pueda y dejar que se asienten a temperatura ambiente en una zona soleada durante 3 días. Enjugar y escurrir cada 8 a 12 horas.
Luego de 3 días, mover las semillas a un lugar con luz solar indirecta y continuar enjuagándolas periódicamente. Deberían estar listos para comer después de 5 o 6 días.
Una buena forma de consumir los brotes es para acompañar las ensaladas y los platos crudos. Tienen un sabor levemente dulce, muy fresco y al morder son bien crujientes. También se pueden usar en rollos de verano o como guarnición para sopas o tacos, para un acabado más silvestre. Aliñados solo con aceite de oliva y sal saben exquisitos también.
Semillas orgánicas para germinados de alfalfa - Semillas para germinar brotes de alfalfa - fuente de energía saludable - nutritivas y sabrosas para ensaladas - Contenido: 1 kg semillas de alfalfa
Ensalada de burrata italiana, tomate Monterosa y germinados con sal de aceitunas negras
Ingredientes
- Tomate variedad Monterosa 1
- Burrata italiana (queso) 1
- Brotes de alfalfa o cualquier otro tipo de germinado
- Sal de aceitunas negras
- Aceite de oliva virgen extra
- Escamas de sal
- Orégano fresco (opcional)
Cómo hacer ensalada de burrata italiana, tomate Monterosa y germinados con sal de aceitunas negras
- Tiempo total 10 m
- Elaboración 10 m
La elaboración de esta ensalada es muy sencilla y apenas requiere de esfuerzo ni tiempo para tener, sobre la mesa, un plato nutritivo y delicioso. Comenzamos pelando el tomate, usando un pelador específico para tomates o un cuchillo muy afilado como el que veis en la primera foto del paso a paso. Retiramos la parte central con un descorazonador y cortamos en ocho gajos.
Escurrimos bien la burrata y desechamos el líquido en el que viene conservada. Dejamos que se atempere para que su cremosidad de acentúe. La colocamos en el centro del plato en que serviremos la ensalada y la rodeamos de los gajos de tomate Monterosa.
Cubrimos con los brotes de alfalfa o los germinados elegidos que, en este caso, son brotes de alfalfa. Los hemos elegido porque su sabor herbal y ligeramente amargo contrasta muy bien con el dulzor del tomate Monterosa, pero podéis usar el germinado que más os guste: brotes de soja, de rábano, de mostaza, de lentejas, etc.
Regamos la ensalada con un buen aceite de oliva virgen extra (usad el mejor que tengáis a mano) y espolvoreamos generosamente con sal de aceitunas negras, sobre la que ayer mismo os contamos cómo hacer en casa sin esfuerzo alguno y con cuatro métodos diferentes, y unas escamas de sal. Decoramos con unas hojas de orégano fresco (opcional) y servimos.
Receta completa | Ensalada de burrata italiana, tomate Monterosa y germinados con sal de aceitunas negras. Receta fácil y rápida
Imagen | Imagen 1: Nataliya Kushnir, Imagen 2: Dumitru Ochievschi, Imagen 3: Inna Dodor, Imagen 4: Donte Tatum
En DAP | Crema suave de zanahoria con langostinos y brotes. Receta
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