Cómo aprovechar las sobras de arroz blanco para hacer el risotto más fácil del mundo

Estamos seguros de que una de las sobras que más se repiten en los hogares de todo el mundo son las de arroz blanco, a menudo incluso cocinando de más para aprovechar esas raciones extra en la cena o al día siguiente. Y resulta que con ese arroz cocido se puede hacer un falso risotto facilísimo a prueba de novatos, rápido y con pocos ingredientes más.

Cocinar un buen risotto auténtico no tiene más misterio que cumplir una serie de reglas básicas, como utilizar el mejor arroz para risotto, preparar un sofrito o base, tostar el grano y cocer sin prisa añadiendo el caldo caliente poco a poco, más el mantecado final. Es fácil, pero requiere cierta planificación y no meterle prisa. Por eso este método que hemos aprendido de Claire Lower en Lifehacker nos parece brillante.

La autora parte de la premisa de buscar la textura melosa del risotto cuando no podemos recurrir al almidón liberado de la cocción del arroz arborio, carnaroli u otra variedad japónica. Y para ello tenemos que echar mano de otras maravillas de la cocina: el roux y la salsa bechamel.

Para ello tan solo tendremos que empezar a preparar el roux como siempre, derritiendo una cucharada de mantequilla en una sartén o cazuela a fuego medio-bajo, para tostar una cucharada de harina. En ese momento añadimos las sobras de arroz -la cantidad es un poco indiferente, entre una y dos tazas de grano cocido-, removemos y agregamos poco a poco leche tibia o nata ligera.

Y lo único que queda por hacer es continuar removiendo lentamente a fuego bajo, agregando más leche, nata o incluso caldo, hasta que veamos que el falso risotto tiene la textura adecuada que más nos guste. Ya podemos terminar de mantecar con un poco más de mantequilla o simplemente queso rallado, y poner al punto de pimienta.

Con esta premisa podemos improvisar un falso risotto de diversos ingredientes si los cocinamos primero aparte o tras la roux, o tirando de otras sobras o conservas, por ejemplo de setas o guisantes, añadiendo taquitos de jamón o gambas cocidas, etc. Eso sí, hay que comerlo enseguida, bien caliente.

Foto portada | Freepik
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