En el llamado "desayuno español" nunca falta el pan con aceite, aunque luego existan diferentes versiones. Nombres aparte, hay pocos elaboraciones tan sencillas y ricas como una rebanada de buen pan con aceite de oliva virgen extra de calidad. Y existe una forma muy fácil de elevar aún más este delicioso bocado: convirtiendo el aceite en crema untable.
Descubrí el truco gracias a las redes sociales, que, a pesar de todo, siguen teniendo sus cosas buenas. Rubén Amorin compartió en su cuenta de Instagram la forma de hacer una "pomada" de aceite ideal para untar, una técnica de lo más simple que aprendió del chef Kike Piñeiro en el Fórum Gastronómico de A Coruña. Me pareció tan interesante que tuve que ponerla en práctica rápidamente, y me ha encantado. ¿Cómo se hace?
Cómo convertir el aceite de oliva en una crema para untar
Es algo tan sencillo como congelar una porción de aceite de oliva hasta que quede bien sólida, para después atemperarlo un poco en la nevera. Se trata de un truco rápido sin mayor dificultad, que conviene hacer en el momento en el que lo queramos servir para degustar al momento.
Los tiempos de congelación y refrigeración son orientativos, ya que variarán en función del tipo de aceite, la potencia de la nevera, el tamaño de la porción o de la temperatura del ambiente. Empleando recipientes pequeños, de uso individual, el aceite se solidifica en apenas unos minutos, pero también volverá a licuarse más rápido si hace demasiado calor en el ambiente.
Recordemos que el aceite de oliva es una grasa y por tanto congela a temperatura diferente del agua; por debajo de los 6 grados centígrados ya empieza a volverse sólido. La congelación no afecta a la calidad ni las propiedades del aceite.
Este es el paso a paso detallado:
- Escoger un buen aceite de oliva virgen extra de calidad. La variedad depende de nuestro gusto; a mí me gusta mucho el arbequina o un cornicabra para tomar en crudo.
- Llenar pequeños recipientes de uso individual con el aceite, sin pasarnos mucho, para evitar desbordamientos con el movimiento.
- Llevar al congelador unos minutos. En unos 10-15 ya debería estar sólido.
- Comprobar el punto tocando la superficie con los dedos. Si se ha congelado y está bien firme, trasladar a la parte menos fría de la nevera.
- Pasados unos pocos minutos más, comprobar que la textura se ha reblandecido.
- Servir inmediatamente untándolo como si fuera mantequilla o mermelada.
La degustación también dependerá del gusto personal. Pan de molde tostado, candeal o de miga prieta al natural, con o sin tomate, añadiendo sal o jamón, con aguacate... Aunque os animo a probar esta crema melosa sin más para degustar en todo su esplendor el sabor y aroma de un buen aceite. Siempre con buen pan, por supuesto.
Cuidado, eso sí, con manipular demasiado los cuencos de aceite; el calor de las manos hará que cambie de temperatura más rápidamente y tardará poco en volver a su estado natural. Siempre podemos devolverlo al congelador unos instantes.
Es un truco de lo más sencillo que quizá algunos de vosotros ya conociáis, pero en casa ha gustado que tenía que compartirlo. Ha revolucionado nuestros desayunos -y alguna que otra cena- de los últimos días. ¿Lo habíais probado alguna vez?
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