Estas son las galletas de Mercadona que intento no comprar porque las devoramos de una sentada

La curiosidad y el antojo por el dulce no son muy buenos consejeros a la hora de hacer la compra en el supermercado. Cuando además se es goloso por naturaleza y sientes que tienes que estar al día de todo lo que se cuece en el mundillo gastronómico, resistirse al cartel de ¡¡Novedad!! -con su doble exclamación- en la zona de galletas de Mercadona es sumamente complicado.

La cadena de Roig es foco de muchas críticas pero seríamos muy ingenuos si negáramos la atención que levanta ante cualquier mínimo movimiento. Es difícil resistirse a, al menos, probar esos nuevos productos que vienen y van de su catálogo, aunque sea para criticarlos con conocimiento de causa. O para volverte un fiel consumidor casi adicto que luego lamenta en redes su inesperada desaparición.

Si te dedicas profesionalmente al sector de la comunicación gastronómica y alimentaria casi te ves en la obligación de estar al tanto de lo que se cuece en sus lineales. Aunque confieso que, en este caso particular, la primera vez que entró en la cesta una bolsa de las galletas rellenas con crema de cacao y avellanas Hacendado, fue por pura gula curiosa.

Ahora procuro evitar a toda costa el pasillo desde el que las inocentes bolsas se han ganado su lugar fijo en el catálogo de Mercadona. Porque, como reza el famoso eslogan de la conocida marca de snacks de patata, cuando abres la bolsa no puedes parar. Y eso que empalagan lo que no está escrito.

La versión Hacendado de galletas de Nutella hechas en Alemania

El producto en cuestión es claramente una versión Hacendado, nunca mejor dicho, de las Nutella biscuits que la marca de Ferrero lanzó hace ya años en su catálogo, dando más salida a su popular crema de cacao y avellanas.

La versión de Mercadona está producida por Griesson - de Beukelaer GmbH & Co. KG Werk en Kahla, Alemania, todo un gigante galletero. La composición y presentación es muy similar, imitando incluso el formato del envase en una bolsa de plástico grueso con apertura de cierre tipo zip hermético, supuestamente para poder conservar la frescura del interior una vez se ha abierto. Suponiendo que no se comen de una sentada, claro.

En ambos productos se destaca la cifra de 40 %, que da a entender que se refiere al porcentaje de la crema del relleno. Solo hay que leer la lista de ingredientes para comprobar que las galletas Hacendado tienen un 5 % de pasta de avellana, y que, efectivamente, están hechas con una mezcla de grasas vegetales que incluyen palma y que son una bomba de azúcar. Eso sí, tienen menos grasas saturadas y azúcares que las de Nutella, aunque la diferencia es mínima.

Cada envase contiene 172 g de galletas, con el mismo número de unidades meticulosamente contadas, 12 en total, siendo la porción de consumo recomendada por el fabricante de dos pastas por ocasión. A un precio de 1,40 euros el paquete, no parecen muy caras, pero si miramos el coste por kilo, la cosa cambia. A 8,14 euros el kilo de galletas, multiplican fácilmente el coste de otras galletas del catálogo.

A pesar de que se encuentran junto a las mal llamadas galletas de desayuno, como las típicas María, Digestive o tipo integrales tostadas, estas galletas sí son claramente un dulce concebido más como un postre, un bocado de confitería a modo de mignardise industrial, para un consumo muy ligero y ocasional.

La masa de la galleta es crujiente pero arenosa, tipo una pasta de mantequilla -sin mantequilla-, que nos vuelve a remitir a su carácter de postre y no de galleta para mojar en el tazón de leche. A pesar de que se echa en falta ese sabor a lácteo, es una masa rica, cuyo principal problema está precisamente en su delicadeza; si la bolsa ha sido muy manoseada y maltratada, no es raro encontrarse con una masacre galletil al abrirla.

La estrella de este producto es, claro, el relleno. Es pura crema de cacao y avellana industrial, diría que con más sabor al fruto seco que la Nocilla, aproximándose bastante al sabor de la Nutella, o al menos a la marca blanca de esta. Es muy cremosa, y si la temperatura ambiente no es muy fría, puedes acabar con los dedos pringosos al apretar demasiado.

Un dulce que empalaga, pero difícil de resistir

Estas galletas tienen la contradicción de ser tan empalagosas como adictivas. Quienes estamos ya acostumbrados a dulces menos dulces, podremos resistir mejor la tentación de comer más de una o dos de golpe; el problema es que su reducido tamaño y esa alta palatilidad que comparte con la pura crema de cacao untable hacen que no sea difícil caer en el exceso.

Si eres de los que podría perfectamente comerse un bote de Nutella o Nocilla a cucharadas como si fuera yogur, acércate a estas galletas bajo tu propia responsabilidad. Son tan pequeñitas, tienen tanta crema y llenan de tal manera el paladar con su sabor y cremosidad, que sin darte cuenta la pequeña bolsa estará vacía.

En casa aprendimos pronto la lección cuando al goloso con el que convivo, declarado fan de Nocilla -también de Nutella, aunque es más del producto patrio porque "sabe menos a avellana"-, las devora como si fueran pipas. Como siempre recomiendan muchos nutricionistas, lo que no se compra, no se come.

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