Aunque parezca limpio, no lo está: por qué siempre debes lavar a conciencia el cazo en el que has cocido unos huevos

Es una duda razonable que puede llevar a cometer imprudencias peligrosas

Muchos se llevarán las manos a la cabeza al leer semejante pregunta, ¿cómo no vamos a lavar cualquier utensilio de cocina después de usarlo? Sin embargo, hoy en día reina la inconsciencia sobre seguridad alimentaria y el tiempo es oro, una combinación peligrosa que puede llevar a multitud de novatos en la cocina a cometer imprudencias. Novatos y no tan novatos.

Solo basta una búsqueda rápida por las redes para comprobar que personas de todo el mundo plantean esta cuestión y discuten sobre si realmente es necesario lavar un cazo o cazuela después de cocer huevos. Algunos incluso cuestionan la necesidad de lavar tras hacer huevos escalfados o poché, pero la duda razonable surge mayoritariamente tras cocer en agua huevos enteros con cáscara.

Al parecer, muchas personas se limitan a sacar los huevos, tirar el agua de cocción y, como mucho, darle un enjuague rápido al cazo antes de dejarlo escurrir o de secarlo directamente con un paño limpio. Puesto que solo se ha introducido agua y los huevos se han cocido con su cáscara, la idea es que realmente no se ha manchado nada. Pero esto es un grave error que conlleva riesgos sanitarios peligrosos.

En el material divulgativo que publica el Instituto del Huevo lo dejan claro:

Limpiar y desinfectar las superficies y utensilios después de haberlos utilizado en la manipulación de  alimentos crudos.

Una norma que repiten diversas organizaciones sanitarias y expertos en seguridad e higiene alimentaria, tanto en Europa como en Estados Unidos. En la FDA son aún más claros: "Lave las manos, utensilios, equipos y superficies de trabajo con agua jabonosa caliente antes y después de que entren en contacto con huevos crudos y alimentos que contienen huevos crudos".

Así pues, el cazo en el que cocemos los huevos también se considera un utensilio empelado para cocinar y manipular huevos crudos. Si los huevos se agrietan o rompen durante la cocción, es aún más obvio que el recipiente se ha ensuciado y hay que lavarlo bien, pero también tenemos que hacerlo aunque parezca limpio a simple vista solo tras escurrirlo.

Hay que lavar cualquier utensilio o superficie que entre en contacto con huevos crudos

Recordemos que la cáscara del huevo no es un material limpio y hermético, está compuesta por sales de carbonato, fosfato cálcico y proteínas, y además es muy porosa. Al entrar en contacto con el agua, se elimina la cutícula protectora y se traspasa al agua parte de esos minerales, pudiendo también contaminar el recipiente con los microorganismos que habitualmente tienen en el exterior.

Puede que no los podamos ver a simple vista, pero un cazo o cazuela, tras cocer huevos, podría estar contaminado con microorganismos potencialmente peligrosos como Salmonella spp. En conclusión: sí, hay que lavar bien con jabón lavavajillas el cazo después de cocer los huevos, igual que cualquier otro utensilio o material que hayan entrado en contacto con ellos, incluidas nuestras manos.

Imagen | freepik

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