Además de batir muy bien los huevos y dejar reposar la masa, hay un ingrediente que permite obtener más burbujitas
Los números no engañan: cada fin de semana se multiplican las búsquedas y visitas de nuestras recetas para hacer tortitas americanas y también las clásicas crêpes a la francesa. Estas masas tiernas y planas conquistan a grandes y pequeños, ligando con nuestra propia tradición de filloas gallegas y frixuelos, entre muchos otros. Hay opiniones distintas respecto a cuál es mejor o cómo debe ser la textura y sabor final, pero si lo que buscas es esponjosidad, puedes lograrla con un simple ingrediente lácteo.
El yogur natural enriquece la masa de estas elaboraciones potenciando su sabor y, particularmente, su textura esponjosa y más suave cuando han pasado por la sartén o plancha. El secreto está en el componente ácido que tiene el lácteo fermentado, que combinado con la base alcalina del bicarbonato sódico o de la levadura química -impulsor, polvos de hornear-, se libera una mayor cantidad de dióxido de carbono.
Es decir, el yogur estimula y potencia la liberación de gases de la masa al entrar en calor, formando muchas más burbujitas homogéneas que le confieren a la tortita o a la crêpe esa esponjosidad que tanto gusta a mucha gente. Se consigue un acabado más suave, como una nube acolchada, evitando masas chiclosas o más duras.
En lugar de yogur puedes usar buttermilk o suero de mantequilla, incluso kéfir líquido, pero es importante que sea yogur de verdad, con fermentos lácteos, sin espesantes o gelatinas. Prueba con la receta de tortitas de yogur o simplemente sustituye parte de la leche de las crêpes con el lácteo fermentado. Además de ganar en textura, se consigue un sabor ligeramente distinto muy rico.
Imagen | freepik
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