En los últimos años nos hemos ido familiarizando con ciertos productos de los llamados suplementos en nuestra dieta. Los deportistas han sido tradicionalmente los consumidores de estos añadidos que aportan vitaminas y minerales extras al organismo, pero cada vez es más frecuente encontrarlos en las despensas de cualquier persona. Uno de los más conocidos es la levadura de cerveza. ¿Qué es exactamente, y cómo podemos emplearla en la cocina?
Las levaduras son microorganismos, hongos que en su fermentación generan gases que el hombre ha aprendido a usar, por ejemplo en la fabricación del vino, la cerveza o en panadería. Además producen minerales, vitaminas y proteínas, que enriquecen nutricionalmente esos productos. Es importante que no confundamos las levaduras naturales con las llamadas “levaduras químicas”, usadas en repostería.
La levadura de cerveza y sus propiedades
El término empleado en nuestro idioma puede ser algo confuso al incluir la palabra “cerveza”, pero es así debido a que se suele obtener de la fermentación de la cebada. Concretamente, la levadura normalmente empleada para crear este suplemento es la Saccharomyces cerevisiae, que tras fermentarla se desactiva, se lava, se deseca y se tritura antes de envasarla.
Desconozco cuándo empezó a ser comercializada en España, pero sí que recuerdo haberla visto mucho antes a la venta en forma de cápsulas, incrementando así la sensación de que es un suplemento, más apropiado para una farmacia que para una tienda de alimentación. Es conocida su acción para fortalecer el cabello y las uñas, pero sus propiedades van más allá.
La levadura de cerveza destaca por su contenido en variadas vitaminas, minerales y proteínas. Aunque su proporción de vitaminas liposolubles, como la A o D, es baja, lo que hace destacar a este producto es la cantidad de vitaminas del grupo B. En algunos casos se añade la B12, la única que no se encuentra de forma natural.
Lo que convierte a esta levadura en un producto muy usado por vegetarianos es su alto contenido en proteínas, con todos los aminoácidos esenciales, que tradicionalmente se obtienen de productos animales. También destaca la presencia de grasas insaturadas, fibra y minerales como el hierro o el fósforo.
La levadura de cerveza en la cocina
Como he señalado anteriormente, este producto se puede convertir en un ingrediente muy interesante que añadir a nuestros platos. Para ello se comercializa en envases bajo la forma de copos o escamas, de un leve color amarillento pálido. Sí, puede recordar a la comida de peces, pero os aseguro que si abrís un bote de levadura no os embriagará ningún marino.
Yo descubrí sus posibilidades culinarias investigando recetas vegetarianas, buscando sobre todo ideas para cocinar verduras, legumbres y cereales. Explorando páginas anglosajonas, me encontré con frecuencia el término nutricional yeast (“levadura nutricional”), y así fue como me di cuenta de que es el equivalente a la levadura de cerveza. Los vegetarianos y veganos lo emplean con frecuencia por su aporte de nutrientes, pero además puede dar un toque de sabor muy especial a diferentes platos.
Sus matices son difíciles de describir, pero es cierto que tiene un aroma fuerte, concentrado, que se suele asociar a tonos de queso o de nueces, o incluso hay que lo define como sabor umami. Lo cierto es que potencia mucho los sabores de la comida a la que se acompañe, y es verdad que puede hacer que añoremos menos el aroma del queso en en muchas recetas.
La levadura de cerveza se puede añadir prácticamente a todo. Recomiendo especialmente probarla en guisos de legumbres, sopas, cremas de verduras frías o calientes, yogur con cereales, salsas de pasta, rellenos de verduras, gratinados o incluso rebozados. La dosis recomendada es de dos cucharadas soperas al día, que podemos añadir sin miedo a la cazuela de una comida familiar, o simplemente echar un poco a nuestra ración individual.
Por mis circunstancias especiales mi dieta tiene déficit de algunos nutrientes, y la levadura de cerveza se ha convertido en un básico de mis despensa. Pero además me gusta mucho el toque de sabor que aporta a multitud de platos, así que no me queda más que animaros a probarla, si aún no lo habéis hecho, y que compartáis con nosotros vuestras experiencias con este producto.
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