Los caprichos más lujosos: cuánto puede llegar a costar una cena de Navidad

Dicen que la crisis económica es ya cosa del pasado – aunque me temo que seguimos lejos de verla como un mal recuerdo -, que esta Navidad está siendo la de la recuperación y volvemos a gastar un poco más para permitirnos algún que otro lujo. Claro que hay caprichos y caprichos, y hay algunos que nosotros, meros comunes de los mortales, jamás nos atreveremos ni a imaginar. ¿Cuánto puede llegar a costar una cena de Navidad realmente lujosa?

Hay ciertos productos que tienen precios muy elevados por su calidad, su escasez o por el trabajo de artesanía que tienen detrás, y quien los prueba cree firmemente en que la inversión merece la pena. Otros se encarecen en parte por la especulación, y también hay algunos caprichos que no son más que elitismo puro, con extravagancias cuyo único objetivo es satisfacer la necesidad de exclusividad de aquellos privilegiados a los que le sobran los millones y no les importa añadir uno o dos ceros a las facturas navideñas.

La exclusividad del mar

Los productos del mar son casi imprescindibles en las mesas navideñas, y el rey de cada casa suele ser el langostino, que no falta como aperitivo o entrante para satisfacer a los comensales hambrientos. Hay variedad de precios según el tipo y la presentación, elevándose si optamos por especies como la gamba roja fresca. Claro que no se pueden comparar a las cifras que alcanzan los mariscos y otras criaturas más caras.

El percebe gallego es una exquisitez muy bien valorada que en las fechas navideñas puede marcar precios de entre los 30 y casi 300 euros el kilo, dependiendo del tamaño y la cantidad. Las angulas, ese producto exclusivo que muchos se conforman con recrear en cas a través del sucedáneo de gulas, han llegado a costar en Navidad hasta 1200 euros el kilo. Este año, para Nochebuena, “sólo” había que desembolsar unos 650 euros por kilo de angulas frescas. ¿Y el caviar? El más caro del mundo, el iraní Almas, es blanco y se vende a unos 22800 euros el kilo.

Una buena langosta que ronde el kilo de peso puede salirnos por casi 100 euros, más o menos lo que cuesta un bogavante con el doble de peso. Uno de los mariscos más exclusivos del mundo, la oreja de mar o abalón, es muy valorado en Asia y desde hace poco se cría en España. Un kilo de oreja de mar fresca suele superar fácilmente los 100 euros, mientras que los abalones secados al sol con varios años en Japón llegan a superar los 2000 euros.

Brindis por todo lo alto

Al hablar de menús exclusivos no se puede pensar sólo en la comida, ya que el maridaje siempre eleva los precios, y mucho más en Navidad. No pueden faltar los vinos acompañando los platos y las copas espumosas para brindar y regocijarse al principio y final de la velada. El mundo de las bebidas alcohólicas es un terreno ideal para la especulación y las ediciones más lujosas, y es que a los millonarios les encanta llevar a sus mesas los líquidos más elitistas.

No tenemos que irnos muy lejos para encontrar uno de los vinos más caros del mundo. El bodeguero Hilario García produce en La Mancha botellas de AurumRed Serie Oro que vende a 17000 euros la unidad. También podemos echar un vistazo a la lista de los vinos más caros de este año elaborada por Wine Searcher, con una botella de vino francés que ha superado los 36400 euros. Los amantes del whisky pueden elegir una botella de The Balvenie 50 Year Old, por el que se han llegado a pagar más de 40000 euros la unidad.

En cuanto a los espumosos, hay una gran gama de champagnes de precios prohibitivos entre los que elegir, con ediciones limitadas y exclusivas. Pero el que sigue estando a la cabeza de los más caros es uno de la prestigiosa casa Dom Pérignon, el Rose Gold 1996. Sólo existen 35 botellas, de seis litros y bañadas en oro, cuyo precio ha superado los 44600 euros. Los que disfruten más de una cerveza pueden hacerlo sin renunciar al lujo, pues el canadiense James Walton ha lanzado una edición limitada de 10 botellas de su Glacial Mammoth Extinction, con 25% de alcohol, a 915 euros la unidad. También incluye oro, cómo no.

Dulces exquisiteces

El mundo dulce también pertenece a esa realidad paralela del lujo, y en Navidad no podía ser menos. En estas fechas tenemos las tentaciones más tradicionales, con productos humildes en su origen que hoy pueden convertirse en un objeto de deseo sólo apto para los más pudientes. Por ejemplo, los codiciados mantecados Felipe II, considerados por muchos por los mejores del mundo, se pueden comprar en cajas de cinco kilos por 104,9 euros la unidad. Si somos más de mazapán, podemos darnos el lujo de sorprender a los invitados con la anguila de 50 cm de Santo Tomé, a 210 euros y rellena de cabello de ángel y yema confitada.

Pero los caprichos más exclusivos son obra de reputados maestros pasteleros que se pueden permitir usar los ingredientes más caros en sus diseños de autor. Este año ha destacado la versión del postre inglés típico, el pudding de Navidad, del afamado Matt Worswick, cocinero jefe del Hotel Thornton Hall. Su Ultimate Millionaire Christmas Pudding no deja lugar a engaños: está destinado a los golosos más adinerados.

Con un precio de 15000 libras, unos 13829 euros al cambio, este dulce no tiene un aspecto muy elegante pero está plagado de ingredientes sólo aptos para ricos. Este pastel típico se emborracha con algún licor para darle jugosidad, y el chef ha elegido un brandy Remy Martin Louis XIII Black Pearl 140th Anniversary, que se vende a más de 20000 euros la botella. Además, contiene plata y oro en porciones comestibles, que le dan su acabado final.

Más simpáticas son las tartaletas de chocolate con forma del reno Rudolph, obra de Georgina Green, de Baker to the Stars. Claro que el lote de seis unidades es de 3846 euros, y todo porque la graciosa nariz del animal de Papá Noel es nada más y nada menos que un rubí auténtico de Sri Lanka. Espero que los comensales estén avisados antes de devorar el dulce. La misma pastelera ha ofrecido la posibilidad de encargar casitas de galleta de jengibre personalizadas decoradas con perlas y un rubí, a un precio de salida de más de 60000 euros.

Los menús de Navidad más caros

Finalmente, cada año existe la opción de reservar un menú completo para celebrar sin preocupaciones la Nochebuena, Navidad o Nochevieja. Los restauradores ofrecen todo tipo de presupuestos con planes más o menos completos, pero los más exclusivos del mundo están al alcance de muy pocos. De nuevo, son más una ostentación de riqueza que otra cosa, ya que más allá de la calidad de los platos destaca el precio de los productos usados.

El chef británico Ben Spalding se ha hecho famoso por los menús navideños de elevadísimo presupuesto que oferta por Navidad. La crisis no parece haber afectado a sus precios, que este año ha superado los 180000 euros para cuatro personas. No son platos de estrella michelin sino un menú elaborado con los ingredientes más caros del mundo, como trufa blanca, oro, pistachos de varios miles de euros el kilo, carne de Wagyu caviar Almas, melón Yubari King, o café Kopi Luwac. Todo regado con vinos exclusivos y champagne a más de 55000 euros la botella.

Un menú de este tipo tiene más de excéntrico y caprichoso que de calidad gastronómica, que al fin y al cabo es lo que más interesa a muchos millonarios. Ahora bien, no me importaría poder probar productos como un buen percebe o unas angulas bien preparadas, o catar el caviar iraní acompañado de un espumoso exclusivo, aunque sólo fuera para comprobar si semejantes precios realmente marcan la diferencia. En el fondo prefiero disfrutar de los pequeños caprichos que nos permitimos en mi familia cada Navidad, que al fin y al cabo el espíritu original de las fiestas no es precisamente hacer gala de excesos y derroches.

Fotos | Didriks, Joselu Blanco, Very First To, Javier Lastras, Captain76
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