Mangostán: qué es esta fruta tropical, de dónde viene y cómo utilizarla en cocina

  • Su sabor, entre ácido y dulce, la convierte en una fruta muy apreciada entre los chefs

  • Originario del sudeste asiático, el mangostán lleva varios años convertido en fruta de moda

Mangostan Que Es Viene Cocina
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El mangostán, conocido como el "rey de las frutas", es una joya tropical que ha comenzado a hacerse un hueco en el mercado europeo, y especialmente en España, en los últimos años.

Aunque se ha consumido en el sudeste asiático durante siglos, su presencia en los mercados occidentales es relativamente reciente. Este fruto se une a una creciente lista de frutas exóticas que han conquistado a los consumidores españoles en las últimas dos décadas, como la pitahaya (o fruta del dragón), el lichi y el rambután, todas ellas cargadas de sabores vibrantes.

La globalización ha facilitado la llegada de estas frutas tropicales a nuestros mercados. Mientras que antes resultaba complicado encontrar este tipo de productos fuera de sus regiones de origen, hoy en día es más fácil verlas en supermercados especializados, tiendas gourmet y mercados de productores locales.

España, en particular, ha visto un auge en el interés por frutas como la papaya, la guayaba y el maracuyá, que aunque son autóctonas de regiones de América Latina y Asia, están ganando popularidad entre quienes buscan alternativas saludables y sabrosas.

El mangostán destaca entre ellas no solo por su sabor exótico, sino también por los beneficios que ofrece a la salud. Desde que su consumo ha aumentado en Europa, se ha convertido en una fruta de culto entre quienes buscan alimentos ricos en antioxidantes y vitaminas. Su nombre puede sonar aún desconocido para muchos, pero aquellos que lo prueban quedan cautivados por su textura suave y su peculiar mezcla de dulzura con un ligero toque ácido.

Qué es el mangostán

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El mangostán, cuyo nombre científico es Garcinia mangostana, es el fruto de un árbol tropical de hoja perenne que puede alcanzar hasta los 25 metros de altura. Este árbol, que prospera en climas cálidos y húmedos, es característico de las zonas tropicales del sudeste asiático, particularmente en países como Tailandia, Malasia y Filipinas.

El fruto es redondeado, de piel gruesa y de color púrpura oscuro cuando está maduro. En su interior, se encuentran segmentos blancos y jugosos que son los que se consumen. Cada fruto tiene entre cuatro y ocho de estos gajos, que recuerdan en forma y textura a una mandarina, pero con un sabor único. La temporada del mangostán suele ser entre los meses de junio y septiembre, cuando el árbol da sus mejores frutos.

Su sabor es una combinación equilibrada de dulce y ácido, con un toque cítrico suave, lo que lo convierte en un manjar tanto para quienes prefieren frutas dulces como para quienes disfrutan de un toque más ácido. Debido a su delicada naturaleza, la fruta no tolera bien los cambios de temperatura extremos, lo que hace que su exportación sea limitada.

Origen y cultivo

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El mangostán es originario de las regiones tropicales del sudeste asiático, especialmente de las islas de Indonesia y Malasia. Se cree que su cultivo comenzó hace más de mil años, aunque la primera documentación sobre su consumo se remonta al siglo XV, en registros de viajeros europeos que exploraban la región.

El cultivo del mangostán es exigente, ya que el árbol necesita un clima muy específico: calor tropical constante y un suelo bien drenado pero rico en nutrientes. Las lluvias regulares también son necesarias para que el árbol prospere y dé frutos de calidad.

A lo largo de los siglos, se ha extendido su cultivo a otras regiones tropicales como América Central, África y algunos países de Sudamérica, como Brasil, donde ha encontrado un ambiente adecuado para crecer.

En la actualidad, el mangostán sigue siendo una fruta apreciada en la gastronomía local de muchos países asiáticos, pero también ha ganado notoriedad en el mercado global.

Beneficios nutricionales del mangostán

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El mangostán no solo es apreciado por su sabor, sino también por sus beneficios nutricionales. Es una fruta baja en calorías, rica en fibra y contiene vitaminas esenciales como la vitamina C, que contribuye a fortalecer el sistema inmunológico. También aporta minerales importantes como el potasio, necesario para la regulación de la presión arterial.

Además, el mangostán es conocido por sus propiedades antioxidantes, gracias a los xantonas, compuestos bioactivos que se encuentran en la fruta y que ayudan a combatir los radicales libres en el cuerpo. Este poder antioxidante contribuye a reducir la inflamación y a mejorar la salud celular, lo que a su vez puede ayudar en la prevención de enfermedades crónicas.

Cómo utilizar el mangostán en cocina

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El mangostán es una fruta versátil en la cocina, aunque su delicadeza hace que se utilice principalmente en preparaciones frías o frescas, donde pueda mantener intactas sus características. Uno de los usos más comunes es comerlo directamente, ya sea como postre o como merienda.

En la cocina asiática, es frecuente verlo en ensalada de frutas, donde se combina con otras frutas tropicales como la piña, el lichi o el durián. También se puede utilizar para preparar zumos o batidos, donde su sabor refrescante y dulce-ácido es ideal. Algunas recetas más sofisticadas lo integran en salsas agridulces para acompañar platos de pescado o marisco, aportando un contraste fresco y sabroso.

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En postres, el mangostán se incorpora para recetas de helados, sorbetes y mousses, donde su textura cremosa complementa perfectamente estas preparaciones. También es común encontrarlo en platos tradicionales de Tailandia, como el nam chim mangkhut, una salsa agridulce hecha a base de mangostán que se utiliza para acompañar carnes asadas o pescados al vapor.

En cualquier caso, su uso permite aligerar recetas grasas o que renunciemos a ciertos cítricos tradicionales, así que lo podemos utilizar también como aliño dentro de vinagretas o como guarnición de pescados a la plancha.

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