Es fundamental acertar con el punto de maduración antes de abrir un aguacate, o se nos estropeará
Al aguacate le pasa casi un poco como al plátano: pasa de estar verde y duro a blandurrio y muy maduro a la que pestañeas. Son climatéricos, continúan madurando tras la recolección, y eso nos da la ventaja de poder comprarlos al gusto según nuestras necesidades para consumirlos o usarlos en el punto preciso. Con los aguacates tenemos, sin embargo, un problema obvio, ya que no se percibe fácilmente a simple vista si está maduro o aún muy verde.
Su popularidad ha aumentado la producción e importación, abaratando su coste, pero sigue siendo una fruta tropical cara y nada sencilla de producir que no querremos echar a perder en casa. Lo ideal sería comprarlos solo en temporada nacional de productores locales, también porque es menos probable que hayan pasado demasiado tiempo en cámara, arriesgándonos a que no salga muy buenos.
Después de repasar los consejos generales sobre cómo elegir el mejor aguacate del mercado, merece la pena detenernos en un error muy común que se suele recomendar para saber si el aguacate está maduro.
Lo que no debes hacer
No es en absoluto una buena idea lanzarte a retirar el pedúnculo, pedicelo o pequeño resto de tallo que tiene en el extremo superior. Si bien puede ser útil para una última comprobación cuando tenemos casi la absoluta seguridad de que está en su punto, hacerlo antes puede estropearlo.
Como explican en la la asociación Hass Avocado Board (HAB), retirar ese tallo rompe la protección natural del aguacate y deja un punto débil abierto al exterior. La pulpa, tan delicada, ya no está aislada y, aunque lo volvamos a tapar rápidamente, será un punto de acceso de oxígeno, luz y microorganismos, liberando además las sustancias de la propia fruta.
Esto afecta a la maduración natural del fruto y lo expone a sufrir daños que pueden ocasionar cambios de textura, color y sabor. También propicia el oscurecimiento, pudrimiento y pérdida de sabores.
Así puedes comprobar si está maduro
Un aguacate maduro no huele, por lo que nos toca confiar en otros dos sentidos: el tacto y la vista. La mayoría de variedades que recibimos en España, especialmente el aguacate hass, se oscurece al madurar; si está muy verde o de tonos muy claritos, probablemente esté muy duro, como indican en la World Avocado Organization (WOA). Ojo, que esta regla no se cumple con otras variedades, que ya lucen verde brillante cuando han madurado.
El tacto es la técnica infalible. Siempre sin hacer mucha presión - es decir, sin espachurrarlos-, será la textura del fruto el que nos indique en qué punto está, más o menos como un plátano. Si al sostener la pieza notamos que cede ligeramente sin tener que apretar mucho, está ya en un punto ideal para comer.
Cuando lo notemos excesivamente blandurrio ya tendrá una pulpa muy cremosa, que aún puede ser estupendo para consumir untado o en recetas, pero si se pasa demasiado podría tener mal sabor y un color amarronado.
Si vas a hacer la prueba en el mercado o frutería, ponte guantes y manipula las piezas con extrema suavidad, sin apretar mucho para no dañar el género. O, mejor, pregunta al responsable de la frutería.
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