Nueve ingredientes con los que transformar tu gazpacho

El verano que descubrí de verdad el gazpacho, me enganchó totalmente. Creo que ese año no pasó un día sin que tomara al menos una ración y nunca llegué a cansarme; realmente es el rey del verano. Claro que también soy muy aficionada a darle toques diferentes, y no solo con la guarnición. Si queréis probar matices diferentes animáos a probar con estos nueve ingredientes con los que transformar el gazpacho.

Hace tiempo ya recopilamos nueve guarniciones locas para el gazpacho entre las que sugerimos innovar con productos en principio extraños, como el chocolate. Pero no hay necesidad de ponerse demasiado experimentales ni jugar con el paladar de los invitados si queremos innovar, tenemos muchos ingredientes a mano para que el gazpacho no caiga en la monotonía.

Aceite aromatizado

Siempre defendemos con orgullo el aceite de oliva español, pero sigo viendo a mi alrededor que no se aprecia lo suficiente. Investigad y probad buenos aceites de oliva virgen extra, incluso fuera del supermercado, y veréis qué diferencia pueden marcar en el gazpacho. ¿Cornicabra, picual, arbequina? Descubrir los distintos matices es una delicia.

Pero podemos ir más allá dando un toque distinto a la receta coronando nuestro gazpacho con aceites aromatizados. Los venden ya preparados pero es fácil hacerlos caseros, simplemente dejando macerar un buen aceite con lo que se nos ocurra. ¿Sugerencias? Hierbas frescas como albahaca, salvia o tomillo, guindilla o chile, tomate seco, corteza de cítricos... hay muchas opciones.

Otra opción más simple consiste en triturar directamente una porción de aceite con hierbas frescas para lograr un aceite de potente sabor al instante, y además cogerá su color verde. Eso añade un punto de color muy atractivo para el emplatado.

Un vistazo a…
GAZPACHO nuestra RECETA favorita para que siempre te salga delicioso

Especias diferentes

Nunca hay que menospreciar el poder de las especias, siempre usadas con cabeza. Si os apasionan tanto como a mí seguro que tendréis la despensa bien surtida, así que hay veda abierta para probar combinaciones aromáticas. A mí me encanta el comino, tanto molido y mezclado en la emulsión, como en grano, justo antes de servir.

Como variante podéis atreveros con la alcaravea o el hinojo, ambas también muy digestivas, incluso cilantro en grano machado, con un sabor ligeramente ácido muy agradable. Las mezclas exóticas también pueden dar mucho juego, pero como ya he dicho, hay que ir con cuidado e ir probando poco a poco, para no estropear por completo el plato.

Un toque picante

El picante no es del gusto de todos pero a quien le convence, le apasiona. A mí no me molesta un punto picantón en según qué platos, siempre que sea sutil y no mate los sabores. Elaboraciones frescas y llenas de vegetales como el gazpacho se prestan muy bien a darle algo de alegría extra.

Se puede aderezar con cayena o pimentón picante, incluso con un poco de pasta de guindilla o harissa. También tenemos la opción de añadir a las hortalizas un pimiento picante o guindilla fresca, o usar chile en copos como parte de la guarnición final. Pero nunca hay que pasarse con la pimienta negra en la búsqueda del picante, lo más fácil es que eche a perder el gazpacho.

El poder de la fruta

Ya se han convertido en versiones populares que hemos asumido sin más problema, pero no me gusta mucho usar el término 'gazpacho' en recetas que en realidad no tienen casi nada que ver con la original andaluza. Pero otra cosa es sumar fruta fresca a nuestro gazpacho preferido.

Puede hacerse triturando una porción con el resto de ingredientes o usándola como guarnición, que suele ser mi opción favorita. Todas las frutas de verano se prestan a acompañar el gazpacho: cerezas, melón, sandía, melocotón, uvas, nectarina... también la manzana, si es muy fresca y ácida, combina muy bien.

Encurtidos

Este es otro campo en el que la gente se suele dividir sin término medio, pero si nos gustan los encurtidos, nos encantarán como guarnición del gazpacho. Siempre es mejor buscar productos de calidad, comprados en una tienda especializada o de conserva artesana, que no sean solo sabor puro a vinagre.

Alcaparras, pepinillos picados, aceitunas laminadas, cebollitas, dientes de ajo... o verduras encurtidas en casa, como zanahoria, pimiento o rabanitos. Puede ser buena idea lavarlos con suavidad antes de añadirlos al gazpacho, para reducir su contenido en sal y suavizar un poco el sabor.

Un toque marinero

Cuando realmente mucho calor y no hay ganas de cocinar nada, el gazpacho con una guarnición marinera es mi plato favorito. Añadimos proteínas de gran calidad sin sumar demasiadas calorías y, sobre todo, sin que deje de ser un plato muy ligero y fresco.

Podemos añadir como guarnición, más o menos picada, gambas o langostinos cocidos, pulpo, una mezcla estilo salpicón, carne de centollo, tartar de atún o salmón, anchoas o boquerones, algún ahumado, etc. Como alternativa se pueden preparar brochetitas para no tener que trocear nada acompañando el gazpacho.

Guarnición crujiente original

Mi novio siempre pide picatostes cuando hay sopas o cremas en casa, necesita ese crujir en boca. A mí también me gusta el contraste de texturas y hacen más interesante el gazpacho, pero los típicos croutons suelen dejar mucho que desear. Mejor algún crujiente de pan tradicional -regañás, rosquillas o picos-, o algo más original.

Las semillas y frutos secos me encantan para coronar platos de cuchara, fríos o calientes. Pipas de girasol o calabaza, sésamo blanco o negro, semillas de lino, amapola o chía, almendras, pistachos, piñones o avellanas; ingredientes muy saludables y deliciosos. Lo mejor es tostarlos justo antes de usar, en una sartén sin aceite, vigilando que no se quemen.

Más allá del jamón

Siempre he odiado que te sirvan el gazpacho ya con jamón incorporado, porque no me gusta nada esa combinación, pero sé que es un clásico a muchos les encanta. Claro que, ¿por qué no probar con otros embutidos? Si el chorizo os pareció demasiado radical -aunque combina muy bien con el tomate-, solo hay que jugar con otros que os gusten.

La cecina me parece una opción particularmente buena, ya sea picadita o tostada y crujiente, incluso pulverizada solo para darle un toque de sabor. ¿Y qué tal un poco de buen lomo, salchichón o fuet? Como alternativa a los derivados cárnicos os propongo probar con salazones marinas, como la mojama, las huevas o el bonito seco.

Caviares, perlitas y esferificaciones

Hablando de huevas, el caviar es una guarnición estupenda para coronar un gazpacho, mucho más si lo servimos como aperitivo o en vasitos. Claro que el bueno de esturión quizá no sea para todos los días, pero tenemos huevas de pescados diferentes que funcionan también de maravilla como decoración y aporte de un sabor distinto.

Las de salmón son intensas y más vistosas, las de mújol, trucha o arenque también sorprenden por su poder aromático. También tenemos sucedáneos vegetales, a base de algas, y las perlitas y esferifiaciones de frutas, verduras e incluso aceite de oliva forman otro campo muy interesante en el que podemos explorar.

Si os encanta el sabor del gazpacho más tradicional pero en casa ya se aburren un poco de tomarlo siempre igual,animáos a probar a introducir alguna de estas variaciones. El detalle de las pequeñas cosas puede marcar una gran diferencia, sin necesidad de cambiar completamente nuestra receta favorita. ¿Téneis vosotros algún truco para darle una vuelta al gazpacho?

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