El origen de la naranja: ¿qué fue antes: el color o la fruta?

La naranja, como todos sabemos, es una de las frutas cítricas más populares del mundo. También un color

Estamos acostumbrados a ciertos debates alimentarios sobre orígenes, siendo el más ejemplo el chiste de qué fue antes, si el huevo o la gallina, pero hay otra de estas chanzas que tiene más historia y recorrido y que, curiosamente, tiene un origen mucho más determinado.

La naranja, como todos sabemos, es una de las frutas cítricas más populares del mundo. De origen asiático —su domesticación se encuentra en el Sudeste de Asia hace más de 5.000 años—, esta hespéride iría saltando de cultura en cultura hasta llegar a la península ibérica, donde se asentaría con firmeza en la zona del Levante, lugar que ha dado justa fama a la fruta.

Tanto es así que, incluso, hay una variedad de naranjas llamada Valencia. Variedad que, por cierto, a veces hace que nos den gato por liebre en los supermercados cuando etiquetan variedad y origen en diferentes tamaños de tipografía, como ya os explicamos en el reportaje Se llaman Valencia, pero pueden ser naranjas de Sudáfrica: la realidad sobre la variedad Valencia.

Problemas varietales aparte, lo que sí es cierto es que pocas frutas pueden presumir de dar nombre a un color. ¿O fue el color el que dio el nombre a la fruta?

Fácilmente reconocible por ser un color intermedio entre el rojo y el amarillo, dos de los tres colores primarios, de la mezcla cromática de rojo con amarillo obtendríamos el tono naranja, el cual, evidentemente da su coloración al fruto del naranjo.

Lo que sí parece claro es que en Europa, en cierta medida, el término naranja se escribe de forma relativamente parecida, al menos en la parte occidental. En los idiomas de la península ibérica encontramos 'naranja' en castellano, 'taronja' en catalán y valenciano, 'laranja' en euskera y portugués y 'laranxa' en gallego.

Si salimos de la península, ciertas reminiscencias sonoras nos acompañan. Italia las llama 'arancia', Francia las bautizó como 'orange', que es el mismo término que se utiliza en inglés y que obedece a un cultismo francés, siendo la misma palabra que las define en alemán y muy parecido al 'oranje' del neerlandés. Todos, en cierta medida, acaban sonando igual aunque comiencen distinto.

Y todo, de nuevo, parece devenir del sánscrito, un idioma originado en el norte de la India hace más de más de 4.000 años, donde naranja se escribía 'narang'. De ahí aparecería más tarde en el árabe, que es de donde recoge la RAE el origen del vocablo naranğa como precursor de nuestra naranja.

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Lo irónico es encontrar el origen de los términos en italiano o francés y sus derivados, con la 'a' o la 'o' delante. En este caso, ambos derivarían del oro o del color dorado, es decir, 'aurum', pues la naranja cuando llegó a la Antigua Roma se conoció como malum auratum. De la conversión de ese término llegaría el 'arancia' de Italia o la evolución de la 'au' en la 'o' del francés que acabaría formando 'orange'.

Por tanto, lo que parece cierto es que fue primero la fruta y luego el color el que se habría de definir, tal y como explicaba Ian Paterson en el libro A Dictionary of Colour: A Lexicon of the Language of Colour.

Imágenes | Freepik

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