Más pak choi y menos tomate: cómo las verduras asiáticas están revolucionando la huerta valenciana

En las tierras arenosas de varios pueblos próximos a la Albufera se cultivan miles de toneladas de hortalizas exóticas con destino al mercado europeo

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Son las siete de la tarde de un martes de febrero y Mircea está regando sus campos de cultivo en El Perelló, localidad del municipio valenciano de Sueca que es famosa por los deliciosos tomates que crecen en sus tierras de arena de playa. Son un auténtico manjar: dulces, carnosos y de piel muy fina. Un ejemplo perfecto de la confluencia de la huerta con el Mediterráneo, porque de hecho uno de los secretos de su peculiar sabor está en la cantidad de sales minerales que proceden de este terreno situado al nivel del mar.

Pero, a pesar de ser tremendamente apreciado, el cultivo del tomate del Perelló está perdiendo importancia relativa en detrimento de otro tipo de verduras no autóctonas, pero mucho más productivas y rentables.

Pak Choi

El pak choi (similar a la acelga), el am choi (un tipo de mostaza), el heung moll o citronela, el mak choi o lechuga china, el kai-lan o brócoli de origen cantonés, el daikon o rábano blanco japonés y el tong ho viet (un crisantemo de hoja larga) forman parte del variado catálogo de verduras asiáticas que crecen con vigor en la fértil tierra de estas pedanías.

La barrera de arena que separa el Mediterráneo de los arrozales y la Albufera de Valencia aporta a los productos que allí crecen unas características organolépticas que los diferencian de los del resto del mundo. No solo crecen bien, sino que, al parecer, su calidad es extraordinaria.

Aunque una pequeña parte de la producción acaba en mercados o restaurantes españoles, la inmensa mayoría de estas verduras orientales se exportan a otros países europeos, principalmente a Países Bajos, Alemania, Inglaterra y Francia, donde se distribuyen entre supermercados asiáticos, mercados mayoristas y restaurantes especializados. Mientras que los cultivos tradicionales han sufrido caídas en sus precios debido a la competencia internacional y al aumento de los costes de producción, las verduras asiáticas tienen una demanda en constante crecimiento y ofrecen mayores márgenes de beneficio.

“El tomate se planta en marzo y se recoge en mayo. Tiene un ciclo muy largo y una temporada de solo dos o tres meses. Aquí en El Perelló, a mitad de julio ya no nos queda nada, así que empezamos a preparar la tierra para la verdura china, que crece rápido y nos permite coger la primera cosecha a mediados de septiembre. Este proceso lo vamos repitiendo a lo largo del invierno, así que, si te falla una cosecha, en una semana ya estás plantando otra”.

El que habla es Mircea, un agricultor rumano que lleva quince años trabajando en la huerta valenciana; diez de ellos dedicado casi en exclusiva a las verduras orientales, que son las que han salvado el pellejo a un sector cada vez más exprimido por tener que competir en un mercado agroalimentario con condiciones muy duras para el agricultor local, no solo por los bajos precios que les pagan los intermediarios, sino porque además tiene que competir en los grandes supermercados con productos de peor calidad y más baratos todavía. Aunque este punto es controvertido, Mircea reconoce que el cultivo de verduras chinas ha reducido la superficie destinada a variedades autóctonas.

Verduras Chinas Fu Qua 02

En esta zona de la huerta casi todos los agricultores se dedican en menor o mayor medida a las verduras asiáticas, sobre todo desde el final del verano hasta el inicio de la primavera, que es cuando regresan a los productos de toda la vida como el tomate, las cebollas, las judías o el garrafón típico de la paella valenciana. Mircea -que tiene una pequeña tienda en El Perellonet que solo abre en verano para vender sus tomates- reconoce que el cultivo de este fruto es complicado. “Es una planta que cuesta mucho. Está expuesta a muchas plagas y no ayuda que cada vez haya más normas de la UE contra los fertilizantes. Te arriesgas a trabajar durante meses para que después se te eche a perder una parte importante de la producción”.

"La huerta de Asia en Europa"

Esta revolución silente en la huerta valenciana lleva gestándose de forma discreta pero progresiva desde hace tres décadas, hasta el punto de convertir a El Perelló, El Perellonet, Mareny de Barraquetes y otros pueblos próximos a la Albufera de Valencia en “la huerta de Asia en Europa”.

Al parecer, todo empezó a finales de los años noventa, cuando un empresario chino residente en España propuso a los agricultores de la Cooperativa Valenciana Unió Protectora d’El Perelló (UNIPRO) plantar semillas de verduras orientales para ver cómo funcionaban. Intuía, con acierto, que la demanda europea de este tipo de productos no haría sino aumentar con el paso del tiempo. El clima mediterráneo de la Comunidad Valenciana, con inviernos suaves y veranos cálidos, resultó ideal para su desarrollo. Además, la proximidad de los campos a los puertos de Valencia y Castellón facilitaba la exportación a otros países.

Lemon Grass 1 Cultivo de lemon grass. Fotos del reportaje: UNIPRO

Superando el escepticismo inicial, los agricultores valencianos fueron sumándose poco a poco a esta nueva vía de ingresos, que les ofrecía una estabilidad que antes no tenían. “Al principio, en el 2000, eran solo dos o tres agricultores, pero ahora, 25 años después, casi toda la tierra de cultivo de esta zona se dedica a las verduras chinas”, comenta Mircea.

A fuerza de cultivarlas, él también ha acabado integrando en la cocina de su casa los interesantes sabores amargos y picantes de muchas de estas variedades desconocidas hasta el momento. “No solo se desarrollan bien aquí, sino que dicen que salen más sabrosas todavía que en su país de origen -asegura Mircea-. Yo creo que es por la tierra y porque estamos pegados al mar. La prueba está en que en Almería también cultivan semillas de tomate valenciano, pero sus productos no tienen nada que ver con lo que tenemos nosotros”.

Hoy en día, la Cooperativa del Perelló continúa compaginando su “producto rey”, el tomate, con las verduras chinas que crecen con cultivos rotativos en invernaderos y suponen cerca del 80% de su producción total. Por su parte, aquel visionario empresario chino creó su propia empresa, Alta Native, la otra gran referencia europea en la exportación de verduras orientales desde Valencia. Es un enorme negocio de miles de toneladas de kilos anuales.

Imagen de portada | Katie Ries

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