Este fin de semana nos hemos encontrado en la web de Mercadona con unas patatas que nos han llamado la atención: Patatas onduladas sabor boletus. Y no nos hemos resistido a probarlas.
Si habéis degustado otras patatas con sabor os diré que soy enemiga número uno de las patatas estilo campesinas, con ajo o sabor limón por ejemplo. Tampoco me gustan sabor jamón y similares. Por ampliar referencias, y ya dentro del gigante de alimentación valenciano, tampoco tolero las patatas con sabor a huevo frito de Hacendado. No pude tomar más de una patata de la bolsa de Lay´s sabor trufa. Así que estas patatas se han encontrado con una cocinillas que lo que adora son las patatas fritas sin sabor extra. Y sin embargo, estas me han conquistado.
Soy un apasioanada de los boletus y de la trufa. Diréis que tonta no soy... Pero claro, son gustos caros y no siempre se puede disfrutar de estos sabores cómo nos gustaría. Entre mis platos favoritos están las croquetas de boletus por supuesto. Suelo hacer una receta nuestra con setas deshidratadas que salen increíbles. O la lasaña de boletus que si probáis váis a convertir en vuestra receta fetiche de los boletus.
También adoro la trufa y suelo tomar cuándo salgo siempre algo relacionado con trufa si puedo. Mi restaurante de barrio de cabecera, tiene una ensalada de burrata con trufa que me encanta. Súper fresca, pero con este toque tan especial. Pero en casa, suelo hacer esta tortilla de Directo al paladar que me encanta (eso sí, le pongo cebolla roja). Y la hago con las patatas de sabor trufa de Aldi. Unas patatas súper logradas de un nivel muy alto. Cercanas al sabor de las patatas de trufa más gourmet como las de Cristina Oria. Por eso, en cuánto descubrí estas patatas, me hice con ellas.
Un sabor bien conseguido
El sabor a boletus es muy intenso (más sabor que olor) y dentro de que son unas patatas fritas aromatizadas no se percibe el sabor a los excipientes que hacen que notes que son artificiales.
Al ser onduladas, para mí son demasiado gruesas, prefiero la patata frita más fina. El color tampoco es dorado, tira un poco a marrón. Pero ya las imagino de nuevo en un revuelto con un poco de jamón (el sabor umami del jamón es perfecto con el del boletus) y ahí se pierde el efecto del color.
Pero veamos la etiqueta para ver si descubrimos el secreto de su sabor. Efectivamente, podemos leer: 61,9 % patatas, aceite de girasol 31 % y, aquí está la clave, sal, aroma natural de setas y otros aromas naturales, algarroba en polvo, ajo deshidratado y seta en polvo, en una proporción del 0,1%. Es decir, según la etiqueta todo su sabor se debe a aromas naturales que se consiguen gracias a setas e incluso al polvo de setas de verdad. Los aromas naturales a veces son casi mágicos. Si se consigue un aceite esencial puede llegara a ser cien veces más intenso que el material del que fueron extraídos.
En ningún momento se dice en la etiqueta que estas setas sean boletus, eso sí. Al principio no me di cuenta del sabor a ajo está de fondo, pero no se nota que es ajo, muchas veces el ajo se utiliza para matizar otros sabores (en caso de que los aromas sean artificiales sirve para ocultar matices no deseados), peor después de saberlo, creo que es lo único que le sobra a las patatas.
Podemos leer también en la trasera de las patatas que se fabrican en Altho, una empresa de Francia, una empresa cuya marca principal, Brets, ofrece muchos sabores originales, entre las que se encuentran unas sabor setas.
Desde luego, son unas patatas que hay que probar, y yo invito a incluso hacer algunas recetas con ellas, aunque según sabemos todavía no están disponibles en todas los Mercadona ni en todas las regiones de España.
