Probamos Vuna, el falso atún vegano que realmente parece y sabe a atún de lata (pero de gama muy baja)

Los productos veganos hace tiempo que dejaron de ser territorio exclusivo de tiendas especializadas para conquistar el supermercado de barrio, y ya a nadie le extraña encontrar sustitutos de la carne o los lácteos 100 % vegetales. Mientras seguimos esperando a la carne de laboratorio, llega el turno del pescado, y lo hace de mano de Vuna, un "atún vegetal" que es el último gran lanzamiento de Nestlé a gran escala en nuestro país.

Lo hace bajo el sello Garden Gourmet, línea propia que la gran multinacional lanzó hace unos años para posicionarse en el mercado de los alimentos vegetales. Es la marca más reconocible, junto con la española Heura Foods, que suma una oferta cada vez más variada de productos ultraprocesados que buscan tanto atraer al público vegano y vegetariano como al consumidor preocupado por reducir su consumo de productos animales.

Parece mentira que apenas hayan pasado tres años desde que pudimos probar la primera "hamburguesa" vegetal que imitaba la carne para competir directamente con ella, aquella pionera creación de Beyond Meat que venía a Europa a ocupar el territorio que Impossible Foods ya estaba dominando en Estados Unidos. Aunque ya habíamos catado una avanzadilla algunos años antes, todavía con defectos por pulir.

Muchas otras marcas se han ido sumando desde entonces llegando incluso al menú de las franquicias de comida rápida como McDonald's o Burger King. Los sustitutos vegetales ya no son una excepción y marcan cada vez más las tendencias de la industria alimentaria, pero está por ver si es una moda que pasará a normalizarse o si terminará por agotarse demasiado pronto.

Mientras tanto no podemos evitar sentir curiosidad por los nuevos productos que aparecen en el mercado como es el caso de Vuna, particularmente por entrar en un campo todavía apenas explorado, el de los "falsos" pescados y mariscos, sin ingredientes animales. Había que probrarlo.

Qué es Vuna: ingredientes y presentación

Con un evidente juego de palabras combinando la palabra inglesa tuna (atún) con la V que identifica a todos los productos vegetales y que es un sello distintivo para los alimentos veganos, Vuna pretende imitar al atún en conserva, presentado no en lata, sino en botes de vidrio, de 175 g.

Pero Vuna es más bien una semiconserva como pueden ser las anchoas, que exigen refrigeración para su conservación. Es decir, a diferencia de las latas de atún, debe estar siempre en la nevera, con una fecha de caducidad que suele rondar los dos meses desde su fabricación. Una vez abierto, se recomienda consumirlo en un máximo de cuatro o cinco días.

A diferencia de otros sustitutos del pescado de marcas más minoritarias, a base de soja, Nestlé prefiere apostar por la proteína de guisante como ingrediente proteico principal, un habitual entre los alimentos de proteínas deportivos y otros suplementos, que evita el alérgeno de la soja.

Su lista de ingredientes completa no es demasiado extensa: agua, proteína de guisante (18%), aceite de nabina, gluten de trigo, aromas, fibra de cítricos y sal. No es por tanto un producto apto para celíacos, y además la marca avisa de posibles trazas de huevo, sésamo, mostaza, apio y soja, alérgenos que están obligados a señalar si no pueden garantizar su ausencia al 100 %.

La cantidad de aceite de nabina se debe más bien a una composición del propio alimento para apotar textura y sabor que en la presentación del producto, pues no sería una imitación del clásico atún o bonito en aceite, sino más bien en agua o al natural. Así se añade un componente graso a la proteína, pero sin sabor y evitando elevar en exceso las calorías del producto.

Tabla comparativa nutricional por cada 100 g de producto

Vuna

Atún claro al natural Calvo

Atún claro al natural Isabel

Valor energético

279 kcal

122 kcal

114 kcal

Grasas

20 g

1,8 g

1,4 g

de las cuales saturadas

2,3 g

0,6 g

0,3 g

Hidratos de carbono

1,7 g

0,05 g

0 g

de los cuales azúcares

0 g

0 g

0 g

Proteínas

23 g

26 g

25 g

Sal

0,9 g

1,5 g

1,2 g

Hora de la cata

Acercarse por primera vez a un producto que imita el pescado desde ingredientes vegetales es, cuanto menos, curioso. Los alimentos del mar tienen una textura y un sabor muy diferente a lo que puede ser la carne de ave o los procesados de ternera y cerdo, a priori más sencillos de imitar.

Claro que Vuna no emula a un filete de pescado, sino a la textura del atún en conserva que ya ha pasado por un procesado previo. El resultado sorprenderá a los más escépticos, pues tanto el sabor como la textura están muy logrados. Al abrir el bote te llega un indudable olor a pescado enlatado, con ese fondo marino, sin ser excesivamente intenso. Tenemos que decir que incluso llegó a la nariz experta de nuestro gato, auténtico apasionado del pescado en conserva.

Este producto no se acerca ni por asomo a las lustrosas ventrescas del mejor bonito del norte, sino más bien al atún de gama más económica del supermercado, mucho más desmigado y con una textura irregular. Y sí, sabe a atún de lata, no peca de exceso de sal y, aunque con un regusto algo extraño, tampoco deja sabores extraños en boca. Nos atreveríamos a decir que un paladar menos exquisito y que no supiera a lo que se enfrenta podría creer sin problemas que es atún corriente.

Sí resulta excesivamente seco y soso por sí solo, puesto que además no está envasado en aceite. No recomendamos comerlo a palo seco, y tampoco es esa la intención de la marca, que promociona el producto como base para combinar en todo tipo de platos y recetas. Hemos probado a aliñarlo bien en una ensalada, en un sándwich, y también en el clásico combo con mayonesa y encurtidos. Ahí ya sube de nivel y sí que imita mucho mejor al atún. Puede ser ideal para una ensaladilla rusa vegetariana pero con sabor marinero, como en la receta clásica de ensaladilla.

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En conclusión

Puede que las personas que sigan una alimentación -y estilo de vida- vegano no tengan interés en probar las hamburguesas que sangran o el beicon que chisporrotea, pero quizá un producto como el falso atún sí sea más atractivo. Nos parece que el resultado está muy conseguido, organolépticamente hablando, pero el alto precio que tiene (5,17 euros el bote, 29,54 €/Kg) y el hecho de que recuerde más aun atún claro de gama baja, echará para atrás a los que sí consumen pescado habitualmente.

Puede ser un consumo ocasional interesante para veganos y vegetarianos que echen de menos las conservas marineras -por fin podrán comer un sándwich vegetal que sea vegetal de verdad-, pero para un omnívoro o pescetariano solo parece atractivo como curiosidad. Nutricionalmente no destaca sobre el atún, pues, aunque contiene una buena proporción de proteínas, son de calidad algo inferior y carece de las grasas saludables del pescado azul y sus vitaminas y minerales, y además suma hidratos de carbono de los que carece el pescado.

A pesar de todo, es una línea de productos interesante que también puede tener ventajas para alérgicos o personas con ciertas intolerancias, y no está de más trabajar en productos alternativos también a los animales marinos de cara a un posible futuro en el que los océanos no sean capaces de alimentar a toda la población del planeta.

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