Con más proteínas, más barato y de temporada: así es el pescado español con el que sustituir al salmón

Indispensable en la cocina cantábrica, está en uno de sus mejores momentos del año

Salmón esto, salmón aquello… Parece que a veces, cuando hablamos de pescados fáciles de comer, no sabemos salir del salmón. Convertido en un recurso relativamente fácil para comer pescado en casa por su versatilidad, el salmón se ha ganado un hueco en nuestras neveras por su sabor, accesibilidad y buen precio para hacer todo tipo de recetas con salmón.

Sin embargo, quizá no sea oro todo lo que reluce en un pescado que, como es evidente, proviene principalmente de la acuicultura. No es que esto sea malo —ni mucho menos—, pero sí debemos comprender que no es un pescado salvaje en la inmensa mayoría de los casos.

De hecho, tampoco debería tener esos tonos tan anaranjados e intensos, muy llamativos, que no son más que producto de añadir un colorante natural a su pienso que se llama astaxantina. Tranquilos, es legal, seguro y además es un potente antioxidante.

Pero… Y si dijéramos que hay un pescado salvaje, de temporada, que se pesca en aguas españolas, que tiene todavía más proteínas que el salmón, que es igual —o más— sabroso, aún más versátil y que además se come fácilmente porque apenas tiene espinas.

Pues entonces deja de buscar y si vas a tu pescadería, déjate seducir por el bonito del norte, que está en plena temporada durante el verano y además de ser fácil de preparar, también es fácil de comer porque, como túnido que es, la distribución de espinas es mínima. Apenas una gran espina en forma de cruz que marca los cuatro lomos del pescado y que es sencilla de seguir para su despiece.

Las ventajas nutricionales del bonito frente al salmón

Al contrario de lo que pasa con el sempiterno salmón, del que salir de opciones como el salmón a la plancha o el salmón al horno es complicado cuando se cocina, el bonito ofrece un sabor igualmente jugoso, más opciones de cocina y, sobre todo, una sensación mucho menos grasa en boca de la que sucede con el Salmo salar.

Esto, entre otras razones, se debe a que el tipo de vida que lleva el bonito en mar abierto hace que su grasa —siendo un pescado azul igualmente— esté mucho mejor distribuida y su carne sea más tersa.

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Motivo por el que también, si prestamos atención al catálogo Bedca, comprobemos que el bonito tiene 30 gramos de proteína por cada 100 gramos de producto limpio, y apenas 5 gramos de grasa, mientras que el salmón se 'queda' en 18 gramos de proteína y unos 12 gramos de grasa.

Por este motivo, no sólo es perfecto para preparaciones calientes como el marmitako —para el que recomendamos usar el cogote del bonito— o el bonito en escabeche, sino también para preparaciones semicrudas como el tataki o directamente crudas como el tartar de bonito.

Junto a ellas, otro sinfín de recetas como el rollo de bonito al estilo asturiano, las cebollas rellenas de bonito, el sorropotún o el bonito con tomate, que nos permiten sacar todo el partido a un pescado salvaje, saludable, de temporada y sabrosísimo con un precio que es un auténtico regalo.

Imágenes | iStock

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