Muchas veces hemos oído hablar del kéfir o incluso hemos comprado algún queso o yogurt que cuenta con este ingrediente en su elaboración. ¿Pero qué es realmente el kéfir? Gracias a mis amigos Ana y Víctor de Caminar sin gluten, que me han regalado uno, os desvelo sus secretos.
Como veis en la foto, es una pequeña masa blanda, que se asemeja a un trocito de coliflor o algodón. Sin embargo, la definición técnica es que el kéfir es una combinación de bacterias probióticas y levaduras en una matriz de proteínas, lípidos y azúcares. También se le conoce como búlgaros o yogurt de pajaritos.
Tipos de kéfir
Existen tres tipos de kéfir: el de leche, que es el más popular, el de agua o la Kombucha o kéfir de té. Éste último no es un hongo exactamen; se lleva utilizando durante siglos en Siberia y Rusia.
La principal diferencia entre el del agua y leche es la conservación, ya que el de agua se guarda en el líquido elemento acompañado de azúcar.
Sus orígenes lo sitúan en El Cáucaso y en turco significa bendición. Se hizo popular en Europa a principios del siglo pasado y poco a poco se introdujo en nuestra dieta y se dio a conocer.
Entre las bondades del kéfir se le atribuyen propiedades saludables como la reducción del colesterol, protector de estómago, ayuda a mejorar el ritmo intestinal y fortalece nuestras defensas.
Kéfir de leche
El hongo del kéfir de leche, como el mío, se debe conservar en leche fresca, en un recipiente cerrado. Sin embargo, no debe estar lleno hasta arriba, debe quedar un tercio del bote sin leche, de forma que el aire que queda en el recipiente, ayuda al proceso de transformación.
Hay que ser muy cuidadoso si queremos que nuestro hongo del kéfir viva, ya que hay que cambiarle la leche cada 24 horas. Incluso se puede congelar si nos vamos de vacaciones, aunque luego requiere unos cuidados extras.
El hongo del kéfir crece y podemos trocearlo para darle a los amigos o la familia. Si no tenemos ningún conocido que tenga, podemos comprarlo en tiendas de productos ecológicos o herbolarios.
Por último, con el kéfir podemos elaborar un amplio abanico de preparaciones como leche fermentada, batidos de frutas, crema de queso o incluso yogur casero. En los próximos días os daremos alguna receta para que probéis vosotros en casa.
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