En la gama de snacks crujientes que salen de una ruidosa bolsa, enemigo público de nutricionistas y dentistas, las patatas fritas siguen siendo las reinas, pero el mundo del aperitivo ultraprocesado no está falto de alternativas. Los Fritos, con nombre propio, se han ganado un merecido lugar de honor en este catálogo de escaso valor nutricional pero goce máximo, aunque los primigenios, los Fritos de maíz originales, hace tiempo que abandonaron nuestro país, para pesar de muchos.
A pesar de que cada vez parecen salir más variedades de sabores en los productos de alimentación, que complican la vida al consumidor indeciso, el mercado español ha demostrado no ser muy fiable para algunas grandes marcas a la hora de diversificar sus catálogos. Sí que nos ametrallan con constantes novedades, pero muchas son ediciones limitadas o que desaparecen pronto de los lineales.
En el mundo del snack, de los aperitivos salados industriales, la oferta generalista no es tan grande como podríamos creer, y un ejemplo de ello lo refleja la mítica compañía Matutano. Distintas generaciones hemos asistido a la desaparición de algunos de nuestros vicios favoritos -ay, los Drakis-, y hace años que nos tenemos que contentar con un único sabor de Fritos. Lo llamativo del caso es que no son los originales, que sí pueden seguir disfrutando nuestros vecinos portugueses.
Qué diantres son los Fritos
Antes de llorar por su pérdida y ahondar en su breve pero intensa historia, no es mala idea aclarar conceptos para todos aquellos que no tengan el honor de haberse dejado los empastes picoteando este crujiente snack, o para los que los devoran sin preocuparse de la naturaleza del ultraprocesado que se llevan a la boca.
Lo que distingue a los Fritos de unas patatas chips es su materia prima. No hay tubérculos entre sus ingredientes, sino maíz, por lo que, teóricamente, es un producto libre de gluten -solo apto para celíacos si el fabricante puede garantizar la ausencia total de trazas-. Pero, a diferencia de otros aperitivos de maíz como los Aspitos, no están hechos a base de féculas o mezclas indeterminadas.
Una planta de fabricación de Fritos recibe el maíz crudo en grano, que pasa por diferentes fases en la cadena. Se le quita la piel o cáscara que recubre el grano antes de ser lavado, cocido en agua y reposado a remojo, para después, una vez bien escurrido y enjuagado, triturarse. Así se obtiene lo que también en inglés se conoce como masa, y que es una especie de pasta espesa y densa que nos permitiría hacer también nachos o totopos mexicanos -que también se elaboran con con masa de maíz nixtamalizado- o talos y tortos.
Una máquina de tecnología propia -y secreta- se encarga de dar forma y cortar las típicas cintas o tiras que dan el aspecto final a los Fritos, los cuales se someten a una fritura muy controlada con aceite vegetal, normalmente aceite de girasol. Aún en caliente, se sazonan o aderezan con sal y los posibles aromas que puedan tener, según la variedad.
Se obtiene así un snack de pequeño tamaño, de rectángulos ligeramente curvados, dorados y con pequeñas motas que responden a las irregularidades propias del grano de maíz. Son extremadamente crujientes, uno de sus puntos más fuertes, y adquieren un tono más oscuro en sabores como los Fritos barbacoa. Precisamente es esta la única variedad que podemos comprar, al menos actualmente, en España.
Un invento genuinamente americano
Los más veteranos recordarán los anuncios televisivos de Fritos en nuestro país, casi siempre protagonizados por lozanos cowboys, el prototipo de vaquero americano haciendo gala de un peculiar acento, luciendo sombrero, pantalones jeans, camisa de cuadros y dirigiendo algún vehículo aparatoso o, directamente, en un rodeo con caballos. Efectivamente, la marca quería que los asociáramos al cliché americano que conocimos a través del western.
Tampoco iban muy desencaminados, pues los Fritos ya estaban ligados a esa cultura desde su creación, como bien demuestra el propio nombre en castellano y su materia prima, un guiño a México o, mejor dicho, a Nuevo México y los estados colindantes del sur, como Arizona y Texas.
Precisamente fue en Texas donde nació The Frito Company, creada en 1932 por Charles Elmer Doolin (1903–1959), empeñado en incorporar un aperitivo salado al repertorio de la confitería familiar. La empresa, fundada para poder comercializar el nuevo invento empezó a vender Fritos en 1932 bajo el nombre de Frito Corporation, empezando a fabricarlos en el garaje de casa. El fulgurante éxito permitió a la compañía expandirse abriendo plantas profesionales en regiones cercanas.
En las décadas siguientes, Frito Corporation añadió otros snacks a su catálogo, lanzando los también míticos Cheetos en 1948, cortezas de cerdo, salsas tipo dip, cacahuetes salados, etc. En 1961, la empresa se fusionó con H. W. Lay and Company para convertirse en Frito-Lay, nombre que mantiene actualmente. Poco después, en 1965, se fusionó con Pepsi-Cola Company, dando origen a PepsiCo, una de las multinacionales de alimentos y bebidas más poderosas del mundo.
De PepsiCo a Matutano
Además de ser responsables en España de la desaparición de la Mirinda, PepsiCo compró de la noche a la mañana la empresa nacional Matutano en el año 1971. Así lo cuenta al menos Luis Matutano Jover, fundador de la misma en 1965.
De espíritu emprendedor, tras viajar por Estados Unidos explorando el mercado internacional, este heredero de una empresa familiar dedicada a la patata fue pionero al traer a España el primer sistema mecanizado para freír y embolsar herméticamente patatas fritas chips. La prensa recogía ya publicidad del nuevo producto en 1963, destacando las ventajas de poder comprar y consumir este crujiente aperitivo en cualquier parte.
Tras asociarse con la empresa estadounidense Petmilk, en 1965 se inauguró por todo lo alto la nueva planta de la compañía en Barcelona, cuyo éxito no dejó de crecer en los años siguientes. El propio Matutano esbozó el logo mítico de la carita sonriente, adoptado oficialmente en 1975, aunque desaparecería momentáneamente años más tarde.
Matutano Fritos Barbacoa, 146g
Pero, como decíamos, en 1971 Pepmilk decidió vender sin mucho preaviso la empresa a PepsiCo, dispuesta entonces a comerse el mundo frente a sus grandes competidoras. No tardaron en traer a las plantas de Matutano productos del país americano para adentrarse en el mercado español y europeo, y así fueron llegando referencias míticas de la marca, como Cheetos, Boca Bits, Doritos o los propios Fritos, uno de los primeros snacks modernos en conquistar el paladar patrio.
"Fritos, fritos, fritos, fritos de maíz"
En el año 1976 desembarcaron oficialmente los Fritos en España, cuyas campañas promocionales destacaban fuertemente el carácter americano, como decíamos al principio, asociándolo a la cultura del western, el cowboy tipo hombre Malboro y los rodeos. Para ayudar a distinguirlos de las patatas y otros snacks, se describían como "tiras de maíz", y no tardó en salir un jingle que acompañó los anuncios televisivos durante muchos años.
Además del sabor original, sin más ingredientes que el maíz triturado, prensado y frito con sal, también llegó pronto la variedad sabor barbacoa -sea lo que quiera ser eso-, que suponemos fue un éxito desde el principio, pues es la única referencia que sobrevive en nuestro mercado a día de hoy.
Se probaron también otras novedades con mayor o menor éxito, como los Fritos Salsa Brava picantes, una suerte de fusión con la cocina española que pocos recuerdan ya, los difusos Cheese Texas ("el auténtico sabor de Texas") o los Fritos Kétchup, con un toque dulzón ahumado, sin duda los más recordados y añorados.
No sabemos si estos últimos se mantienen con vida en algún lugar, pero sí somos conscientes de que los Fritos originales siguen siendo el sabor de referencia en medio mundo. Quien eche de menos el sabor genuino a maíz crujiente puede acercarse a Portugal o probar suerte con tiendas de importación especializadas en productos americanos.
En Estados Unidos tienen además un curioso catálogo de variedades de Fritos que incluso han innovado en la forma del producto, como los Twists (espirales) o los Scoops!, con forma como de cuchara para mojar. Y van acompañados de una gama de salsas para dipear, claro. Lo que no tienen, precisamente, son Fritos barbacoa, un sabor que allá muchos añoran.
Tortillada – Prensa de Hierro Fundido para Hacer Tortillas + Recetas E-Book en Español (20cm)
Los más puristas del "sabor auténtico a puro maíz" tendremos que contentarnos con otras marcas que copiaron sin pudor la receta original de Fritos. Al menos hasta que PepsiCo permita a Matutano relanzarlos.
Fotos | bhofack2 - fotoimagic - Frito-Lay - Matutano
En DAP | Qué fue de la Mirinda, el refresco de toda una generación de nostálgicos que Pepsi sacrificó en España
En DAP | Qué fue de Yoplait, los míticos yogures derrotados por Mercadona que recordamos con nostalgia (y sus locos regalos)
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios