Hace unos días, cuando estaba asistiendo a la clase del chef indonesio Efendi Tumbanan en la que nos enseñó tres recetas indonesias, nos reímos porque quien se había encargado de conseguir los ingredientes, tenía que llevar galanga, un rizoma similar al jengibre o la cúrcuma pero con sabor más cercano a la citronella y en su lugar, llevó malanga debido a un error del frutero...
Parece mentira como cambia la cosa por una sola letra... galanga o malanga. Por eso hoy quiero contaros qué es la malanga o taro y cómo utilizarla en la cocina, porque por suerte, aunque no sirvió para la clase de cocina indonesia, sí que tiene otros usos muy interesantes.
Qué es la malanga o taro
La malanga es el tubérculo de una planta llamada colocasia esculenta original de la polinesia y que también se cultiva en la zona del caribe o las antillas en centroamérica, siendo parte de su cocina. El tubérculo que se esconde bajo la tierra de estas plantas de hojas grandes, tiene una carne blanca o amarilla, y un alto contenido en almidón.
La malanga también se conoce con el nombre de Taro y es una variedad de tubérculo muy peculiar, que recuerda en cierto modo a la yuca o mandioca, aunque suele tener un tamaño más pequeño y suele estar cubierta de pelosidades o raicillas pilosas. Podemos encontrarla de color blanco en su interior pero también hay variedades amarillentas, o con pintas moradas y de otros tonos, siendo todas ellas similares en las propiedades nutricionales.
Es un tubérculo similar a la patata, si bien la malanga tiene un sabor más nudoso que recuerda a los frutos secos, de modo similar al de las castañas de agua. También se le conoce con los nombres de taro, malanga isleña, bituca, pituca, kalo, cará, onkucha, unkucha, ocumo chino, yautía coco, papa balusa, madumbe, otoe, o edoy torán.
Nutricionalmente, 100 g de malanga o taro contienen 140 Kilocalorías con un mínimo contenido de Grasa: 0.1 g, no tiene Colesterol, muy poco sodio, 0,15 mg, siendo fundamentalmente Carbohidratos (34.6 g), fibra, (5,1g) y algo de proteína y azúcar (0,5 g de cada uan)
Cómo usar la malanga en la cocina
Son muchas las aplicaciones que tiene este producto en la cocina, ya que interviene en diversas preparaciones de muchos platos, en especial de la cocina antillana, o de la cocina asiática donde es uno de los ingredientes que sustentan su alimentación.
Una de las advertencias que hay que hacer es que este producto no se debe consumir en crudo, ya que puede resultar tóxico por su contenido en oxalato de calcio, una sustancia tóxica que puede irritar la boca y la garganta. Esta sustancia se elimina una vez que el tubérculo ha sido cocinado.
Para tomarlo cocido, se pela para retirar los pelos y se cuece en agua durante unos 20 minutos. Después, puede triturarse como un puré o aplastarse con un tenedor para hacer guarniciones. Todo de forma similar a las patatas, la yuca o la mandioca.
Para hacer estos chips de malanga, ideales para el aperitivo o como guarnición, pelamos la malanga, la cortamos en rodajitas con ayuda de una mandolina y dejamos en remojo las chips cambiando el agua para quitar el almidón. Después las freímos como si fueran patatas y listas para consumir.
Espero que ahora que sabéis qué es la malanga o taro y cómo utilizarlo en la cocina, os animéis a probarlo si lo veis en la fruteria, o si como nosotros, os lo traeis por error, porque es un producto nutritivo y sabroso.
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