Es fácil dejarse llevar por la emoción en la frutería comprando demasiados melocotones que luego se estropean
Quienes aborrecemos el verano tenemos al menos un motivo para agradecer la llegada de los meses de calor: la explosión de frutas y verduras que convierte en un vergel paradisíaco cualquier frutería. El melocotón es la reina de las frutas de hueso y no es raro dejarse llevarse por la glotonería comprando en exceso cuando nos miran insinuantes con su piel curva aterciopelada, atrayendo nuestro atención con ese irresistible y lujurioso aroma.
Los melocotones más ricos, jugosos, carnosos, dulces y sabrosos son aquellos que ceden ligeramente al tacto y emiten una fragancia golosa, fresca e intensa. Sin embargo, controlando nuestros impulsos, quizá deberíamos plantearnos comprar también fruta más verde. O no desilusionarnos si en nuestra frutería de confianza solo tienen melocotones más duros.
El motivo es bien sencillo: el melocotón, como todas las frutas de hueso, es climatérico. Esto es, sigue madurando después de ser recolectado. Exactamente igual que el plátano, el aguacate o el melón piel de sapo.
Cada productor sabe cuándo es el momento preciso para cosechar sus melocotones en función de su destino; no es lo mismo cogerlo para comértelo al momento que llevarlo al mercado del pueblo al día siguiente o venderlo a un distribuidor que lo trasladará hasta supermercados de Berlín. Según la variedad y el tiempo que deba aguantar para llegar al consumidor en las mejores condiciones, lo cosechará antes o después.
Eso no quiere decir que se puedan coger sin madurar, verdes e insulsos. El fruto debe alcanzar su madurez óptima en la planta, con un dulzor adecuado que se mide, normalmente, en grados Brix. Pero después seguirá desarrollando sus azúcares y poniéndose más tierno, más jugoso y aromático. Por tanto, como consumidores también podemos comprar melocotones que estén todavía algo verdes y duros, salvo que tengamos muchísima prisa por comerlos. Si los mantenemos a temperatura ambiente en un lugar protegido de la luz, cerca de otras frutas climatéricas, madurará muy rápido en pocos días.
Por qué es buena idea comprar melocotones verdes
Apostar por fruta algo verde a propósito tiene la ventaja de que, a menudo, sale más barata que la fruta con apariencia más lustrosa y fragante. Pero, sobre todo, nos evitará desperdiciar género en casa.
En verano la fruta madura más rápido de lo que creemos y, si hemos comprado mucha, se nos puede estropear antes de tiempo. Aunque la guardemos en la nevera nada más llegar a casa, un melocotón maduro y tierno puede ponerse pocho en cuestión de 24 horas.
Por eso no es buena idea dejarse llevar comprando kilos de fruta por muy buena pinta que tenga o por muy de oferta que esté; si no vamos a poder consumirla a tiempo, terminaremos tirándola o comiéndola ya no tan rica como al principio. Aunque estén algo verdes, los buenos melocotones seguirán emitiendo aroma a melocotón fresco; si no huelen absolutamente a nada, busca otra tienda. O elige otras frutas, que en verano lo complicado es decidir qué coger.
Imágenes | Unsplash/Paola Andrea - Guillermo Latorre
En DAP | Melocotón en almíbar
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