A nadie le extraña ya encontrar arándanos frescos prácticamente todo el año en cualquier frutería o supermercado. El aumento de la producción local, motivado por el creciente interés del consumidor, así como de las exportaciones, han convertido a esta fruta en un básico de muchos hogares, a pesar de su fragilidad y corta conservación. Fáciles de comer, dulces, con pocas calorías y muy saludables, los arándanos son una pequeña joya a la que podemos sacar mucho partido en la cocina.
Conocidos en el ámbito profesional hortofrutícola como parte del sector de las berries, los arándanos se suelen agrupar dentro de las frutas rojas, a pesar de que su color claramente las distingue de fresas, frambuesas o grosellas. El colorido grupo de las frutas del bosque tienen en común su pequeño tamaño, la ausencia de hueso no comestible, y una piel muy fina que es perfectamente comestible.
Descripción y características
El arándano es el fruto de un arbusto leñoso del mismo nombre, perteneciente al género Vaccinium, de la familia Ericaceae. Las plantas suelen alcanzar una altura de entre 20 y 60 cm de alto, y se desarrollan con tallos en general erguidos, con hojas alargadas, ovaladas, ligeramente aserradas, y flores blancas o rosadas.
El fruto en sí mismo presenta forma de baya globular, con un diámetro que puede variar desde los 5 mm y superar más de 10 mm. Suelen crecer agrupados en racimos, alcanzando un color negro azulado o violáceo al madurar, con distintas intensidades según la variedad. En realidad, botánicamente se considera una falsa baya.
El arándano es menos ácido y más dulce que otras bayas
La piel es lisa y fina, apenas protegiendo una pulpa interior jugosa, carnosa, de todo más pálido y ligeramente amarillento, pero liberando zumos azulados de gran intensidad que tiñen y manchan con gran facilidad.
Este fruto, sin dejar de tener un punto ácido típico de las bayas, ofrece un sabor mucho más dulce que otros frutos del bosque, con un aroma profundo que a menudo se compara con el vino tinto o el chocolate negro.
Origen, producción y principales variedades
Las plantas del género Vaccinium son originarias en su forma silvestre de diversas zonas de Asia y Europa, y hoy están extendidas por casi todo el mundo. Además de los arándanos rojos o cranberries, mucho más comunes en Estados Unidos, se distinguen dos grandes grupos de los azules: el arándano americano (también cultivado en África o Australia) o Vaccinium cyanococcus, y el arándano europeo o Vaccinium myrtillus, ligeramente más pequeño.
Huelva lidera con gran ventaja la producción de arándanos en España
En España ha aumentado notablemente la superficie productiva en la última década, especialmente en zonas dedicadas tradicionalmente más a la producción de fresa y fresón. Andalucía, con Huelva a la cabeza, es la Comunidad Autónoma con mayor producción (51.624 toneladas totales en 2019), seguida de lejos por Asturias (1.047 toneladas). En el año 2019 se produjeron en total 53.380 toneladas de arándanos en España.
Las distintas variedades y el aumento de la producción en el norte del país están alargando la temporada natural de este fruto, que tradicionalmente arrancaba la cosecha en primavera o en las últimas semanas del invierno, y se extiende hasta inicios del otoño. En los meses más fríos, los arándanos presentes en los lineales suelen ser, mayoritariamente, importados de países como Perú, Chile o Sudáfrica.
Además de las dos grandes especies mencionadas, existen numerosas variedades empleadas hoy en día para el cultivo, en función de las necesidades de temperatura o destino comercial que elija el productor, ya que algunas se prestan mejor a exportaciones o a almacenamientos postcosecha.
Por ejemplo, en Andalucía, el líder en producción de arándanos Onubafruit trabaja con Star, Snowchaser, Jewell, Emerald, Ventura, Camelia y Suziblue; mientras que las condiciones de Asturias son más propicias para variedades como Duke, Legacy, Bluecrop, Ozarkblue, Liberty, Brigitta, Elliot, Aurora, Rabbiteye, o Misty; la elección de unos u otros dependen, sobre todo, de cómo se adapten a las horas de frío o al tipo de suelo.
Propiedades y beneficios de los arándanos
El arándano es una fruta que, como todas las bayas, destaca por su bajo contenido calórico y alto aporte de fibra, agua e hidratos de carbono, siendo una de las frutas con más fibra en relación a su tamaño. Por tanto, es muy saciante e hidratante, con apenas unas 33 kcal por cada 100 g de porción comestible.
La presencia de grasas vegetales es prácticamente anecdótica, mientras que sí destaca en su contenido en minerales y vitaminas. Es una buena fuente de potasio y fósforo, pero, sobre todo, el consumo de esta pequeña fruta proporciona una gran cantidad de vitaminas antioxidantes, antocianos y carotenoides, además de flavonoides y taninos, siendo estos más abundantes en las frutas menos maduras.
Así, estos compuestos pueden tener efectos beneficiosos en el organismo por su acción antiinflamatoria y antioxidante, protegiendo frente a la acción de los radicales libres en el envejecimiento celular. También se relacionan con un efecto protector para prevenir enfermedades degenerativas y metabólicas, ayudando a reducir la presión arterial y problemas circulatorios o cardiovasculares.
Consejos para comprar y conservar los arándanos en casa
El formato de venta habitual de los arándanos frescos es en envases de plástico, tipo tarrina o vaso, en un paso que suele variar entre los 125 y los 500 g. Debido a la demanda del consumidor por reducir los residuos de plástico, cada vez más empresas apuestan por envases de plástico reciclado y reciclable, o por materiales más sostenibles como el cartón o pulpa vegetal.
En algunos locales también se encuentran disponibles a granel, aunque debido a su fragilidad y poca resistencia a la manipulación excesiva, no es una presentación muy apreciada por los grandes comercios. Además, los arándanos se encuentran fácilmente congelados al natural.
A la hora de comprarlos hay que fijarse en que presenten un aspecto general saludable, de color uniforme oscuro, con la piel tersa, sin arrugas, golpes o signos de aplastamiento. Es recomendable observar la parte inferior del envase para comprobar que no hay pérdidas de jugos o líquido, ni piezas podridas o con moho.
Su vida útil es corta, aunque pueden mantenerse en buen estado durante varios días si se han comprado bien frescos y se conservan refrigerados, en la parte menos fría de la nevera. Lo ideal es manipularlos poco, sin lavar, retirando las piezas que se puedan estropear y alejados de otras frutas o alimentos que puedan acelerar su maduración.
Cómo sacarles partido en la cocina
Además del consejo más obvio, disfrutar de los arándanos por sí solos a cualquier hora del día (son un picoteo fabuloso para calmar el hambre o la ansiedad entre horas), podemos aprovechar sus propiedades y excelente sabor en multitud de preparaciones y recetas.
En general, por su tamaño y ausencia (casi siempre) de hojitas o tallos, y al no tener que pelarlos o deshuesarlos, son muy fáciles de incorporar a cualquier plato o receta, a menudo directamente, sin tener que trocearlos. Según en qué preparaciones o si son ejemplares muy grandes, bastará con cortarlos por la mitad, en cuartos, o picarlos. Como las cerezas, pero sin lidar con el hueso.
Podemos tomarlos con yogur, labneh o queso cottage, con muesli o copos de avena crudos o en porridge, en frío o caliente para el desayuno o merienda. Son un excelente complemento de smoothie bowls combinados con frutos secos, semillas y otras frutas, y también se prestan de maravilla para triturarlos, tanto en fresco como directamente congelados.
Con ellos podemos preparar todo tipo de postres con o sin horno, desde los clásicos muffins a bizcochos, cakes, pasteles, tortitas, tartas o brownies. Podemos añadirlos a la masa o usarlos a modo de cobertura. Cocinados con un poco de azúcar se convierten una compota o salsa muy sabrosa, fácil de transformar en sirope o gelatina para coronar tartas de queso, un tocino de cielo, crêpes, helados o cualquier postre.
En salado maridan muy bien con carnes, especialmente si los guisamos o salteamos con los jugos para convertirlos en una salsa aromática, o con verduras y hortalizas. Ponen un punto de sabor y frescor crujiente a las ensaladas y hacen una pareja exquisita con cualquier queso.
Cinco recetas para disfrutar de los arándanos en casa
Clafoutis o flaugnarde de arándanos
Precalentar el horno a 200ºC con calor arriba y abajo, o a 180ºC con aire. Engrasar con mantequilla un molde redondo de unos 20-23 cm de diámetro. Nos sirve realmente cualquiera en el que quepa 1,75 l de líquido; será más grueso y jugoso si el molde no es demasiado grande.
Lavar y secar los arándanos, y disponer en el molde, llenando bien todo el espacio del fondo. Disponer los huevos en un recipiente mediano. Añadir el azúcar, la sal y 1/3 de la leche. Tamizar encima la harina con un colador y batir con las varillas hasta que no haya grumos. Echar el resto de la leche, la vainilla, el licor y la ralladura de limón.
Batir un poco más el conjunto hasta tener una masa líquida homogénea y echar, con suavidad, sobre los arándanos. Menear un poco para redistribuirlos y hornear unos 20-25 minutos. Debe estar cuajado en el centro, solo ligeramente dorado por los bordes. Espolvorear con un poco de azúcar un par de minutos ya fuera del horno, y dejar enfriar sin desmoldar.
Más información en la receta completa.
Smoothie de arándanos y plátano
- Ingredientes. 200 g de arándanos, 1 plátano, 30 g de copos de avena, 125 g de yogur griego natural, 15 g de mermelada de arándanos, 200 ml de agua de coco, 200 ml de nata para montar, 20 g de azúcar glasé, 15 arándanos y menta fresca para decorar.
- Elaboración. Lavamos los arándanos y los introducimos en el vaso de una batidora. Añadimos el plátano, los copos de avena, el yogur, la mermelada y el agua de coco. Trituramos hasta obtener una mezcla homogénea, subiendo la intensidad de la batidora poco a poco para que no sufran las cuchillas. Vertemos la mezcla en tres vasos. Batimos la nata muy fría, con unas varillas eléctricas. Cuando empiece a tomar cuerpo agregamos el azúcar glasé y terminamos de montar. Introducimos en una manga pastelera y terminamos los vasos de smoothie con un poco de nata, arándanos y menta fresca.
Más información en la receta completa.
Cake de yogur griego y arándanos
- Ingredientes. 150 g de mantequilla derretida, 200 g de azúcar, 2 huevos, 1 cucharada de ralladura de limón, 140 g de yogur griego, 225 g de harina de repostería, 1 sobre de levadura química, 125 g de arándanos, azúcar glasé al gusto.
- Elaboración. Precalentamos el horno a 160ºC. Ponemos la mantequilla, el azúcar, los huevos, el yogur, la ralladura de limón y la vainilla en un bol y batimos para combinar. Añadimos la harina y removemos para combinar. Agregamos los arándanos, removemos. Engrasamos un molde de 22 cm de longitud y lo forramos con papel de horno. Horneamos durante 1 hora o hasta que al pinchar con un palillo este salga limpio. Dejamos enfriar en el molde.
Más información en la receta completa.
Tortitas americanas con arándanos
- Ingredientes. 1 huevo L, 30 g de azúcar, 1/2 cucharada de aceite de oliva virgen extra, 125 ml de leche, 100 de harina, 1 pizca de sal, 1 cucharadita de levadura química, 100 g de arándanos frescos.
- Elaboración. En un cuenco batimos ligeramente los huevos con el azúcar. Añadimos el aceite de oliva y la leche, y mezclamos hasta que se integre todo perfectamente. Aparte, echamos la harina con la pizca de sal y la levadura, removemos y agregamos a la mezcla líquida. Agitamos con una varilla hasta que no haya grumos. Calentamos una plancha o sartén. Pasamos por toda la superficie un papel de cocina mojado ligeramente en aceite, para engrasarla. Con ayuda de un cucharón echamos un poco de masa sobre la sartén bien caliente. En cuanto empiece a hacer burbujitas añadimos los arándanos. Damos la vuelta a la tortita, y dejamos que se haga por el otro lado un minuto más. La pasamos a un plato y repetimos la misma operación hasta terminar toda la masa
Más información en la receta completa.
Ensalada de remolacha, queso de cabra y arándanos
- Ingredientes. 2 remolachas, 100 g de brotes de espinacas, 25 g de brotes de remolacha, 150 g de queso fresco de cabra, 50 g de pan de hogaza, cebollino fresco, 2 cucharadas de vinagre de vino tinto, 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 12 arándanos, semillas de amapola, sal y pimienta.
- Elaboración. Precalentamos el horno a 180ºC. Envolvemos cada remolacha en papel de aluminio y las horneamos 45 minutos. Nos saltamos este paso si las compramos ya cocidas. Dejamos enfriar y las pelamos y las cortamos en rodajas finas. Las repartimos en un plato de servicio y las colocamos superponiéndolas unas encima de las otras. Cortamos el pan en cubos, y los doramos en un poquito de aceite de oliva. Mezclamos en un bol los brotes, el queso de cabra en dados, el cebollino picado y los arándanos. Aliñamos todo con el vinagre de vino tinto y el aceite de oliva virgen extra. Salpimentamos al gusto. Espolvoreamos con semillas de amapola justo antes de servir.
Más información en la receta completa.
Ensalada de col kale con arándanos, feta, almendras y aliño de albaricoque
- Ingredientes. 6 hojas de col kale o rizada, 50 g de queso feta, 60 g de arándanos, 30 g de almendras laminadas o en bastones, 15 ml de zumo de limón, 30 ml de mermelada de albaricoque, 50 ml de aceite de oliva virgen extra, 20 ml de vinagre de manzana, 1 diente de ajo pequeño sin el germen, sal y pimienta negra.
- Elaboración. Separar las hojas de kale de los tallos. Cortar en piezas del tamaño de un bocado y poner en un cuenco con agua fría limpia. Remover bien, escurrir y secar. Poner en una ensaladera. Batir bien en un cuenco o bote la mermelada, el zumo de limón, el aceite de oliva, el vinagre de manzana, el ajo picado, sal y pimienta al gusto. Agitar muy bien y echar la mitad sobre la col. Masajear con las manos frotando bien las hojas durante unos minutos. Cuanto más tiempo, más tierna quedará. Para servir la ensalada añadir los arándanos previamente lavados, el queso feta desmenuzado y las almendras, que podemos tostar un poco en una sartén sin aceite.
Más información en la receta completa.
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