El secreto para hacer los mejores aros de cebolla en casa lo tienes en el cajón de las especias

Los aros de cebolla son ya un clásico entre los aperitivos, picoteos y entrantes que suelen acompañar hamburguesas, las típicas costillas barbacoa, perritos calientes y entrepanes como el sándwich club, platos típicos asociados a la comida rápida y a los restaurantes estilo diner importados de Estados Unidos. Hay que reconocer que están buenísimos, y por suerte son fáciles de hacer en casa siguiendo unas reglas básicas.

Cuando se trata de cocinar alimentos rebozados y fritos, un punto clave está en preparar todos los ingredientes y utensilios para que la elaboración sea rápida, eficiente y cómoda, como una cadena de montaje. Es decir, corta todas las cebollas en aros y ten preparados los recipientes con la masa del rebozado y el pan rallado  por separado, la cazuela, sartén o freidora con abundante aceite bien caliente, y el plato o fuente con papel absorbente para retirar el exceso de aceite.

Pero si quieres lograr mucho más sabor, con resultados idénticos a los de un restaurante profesional, añadiendo un simple ingrediente a la masa del rebozado: cebolla en polvo. Aunque tiene mala fama porque, teóricamente, nunca va a igualar al sabor de una cebolla fresca, en realidad este condimento tiene un aroma muy intenso, concentrado, que potencia las mezclas de especias, salsas y mil cosas más.

Si además usas cebollas tipo amarillas o cebollas españolas corrientes, que suelen ser más pungentes y más sabrosas, puedes agregar un poco de azúcar glasé para darle el punto de dulzor que nos daría una cebolla dulce o una cebolleta.

Prueba simplemente a echar media cucharada de azúcar glasé y entre media y una cucharadita de cebolla en polvo a la masa del rebozado, mezclando todo bien, y comprobarás que los aros de cebolla quedan mucho más ricos. Ojo, procura que tu cebolla en polvo no esté caducada, o podrías conseguir el efecto contrario.

Imagen | Alex Bayev en Unsplash

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