Cuando la calabaza está en su mejor momento también es la ocasión de recordar que de esta hortaliza se aprovecha prácticamente todo, semillas incluidas. Además de las que podemos comprar todo el año listas para consumir y usar, podemos sacar partido de las que retiremos de las calabazas que nosotros mismos preparemos en casa, pues tienen multitud de usos en la cocina.
El formato snack de pipa como tal, tostadas y saladas, han competido toda la vida en los tostaderos y tiendas de frutos secos con las de girasol, casi siempre perdiendo en popularidad. Más recorrido están teniendo en los últimos años las semillas que se comercializan crudas, de color verde y más tiernas, las cuales no hay que pelar y se pueden consumir tal cual o cocinar con ellas.
No encontraremos en nuestras calabazas estas semillas, puesto que se obtienen de variedades específicas, pero sí podemos aprovechar las que encontremos en nuestras hortalizas para prácticamente los mismos usos. Tan solo tenemos que separarlas de la pulpa, lavarlas bien para retirar los restos pegajosos de esta, y secarlas a conciencia.
Cómo aprovechar las semillas de calabaza
1. Como aderezo o tropezones de sopas, cremas y dips
Crudas o ligeramente tostadas, solas o combinadas con otras semillas o frutos secos, las pepitas son un complemento perfecto para dar ese remate más crujiente a platos cremosos o de cuchara, especialmente purés de verduras como el de la propia calabaza.
También son un tropezón estupendo para coronar dips untables tipo hummus, que igualmente se puede elaborar con calabaza en una variante de lo más otoñal. Además de textura, sabor y color, estaremos añadiendo valiosos nutrientes.
2. Picoteo o snack salado y dulce
Las comerciales verdes se pueden comer directamente -salvo que el vendedor indique lo contrario; si se compran a granel conviene lavarlas- y no habrá ni que pelarlas, por lo que son un picoteo muy práctico para llevar o tener a mano en la cocina; siempre con moderación, pues son muy energéticas.
En cambio, las semillas caseras son más agradecidas si las tostamos con especias saladas o incluso con un toque dulce de azúcar moreno, miel o aromas como canela, vainilla, ralladura de naranja o jengibre. Al curry están buenísimas, y también con un punto picante.
3. Mantequilla, paté o crema vegetal
Todas las semillas se pueden emplear como los frutos secos, esto es, triturándolas a fondo solas o con otros ingredientes para extraer su grasa y obtener nutritivos patés o cremas vegetales, similar al tahini o tahina de sésamo.
Necesitaremos un buen robot de cocina o batidora bien potente y algo de paciencia, y siempre podemos añadir un poco de aceite de oliva o de girasol, o combinarlas con mantequilla de cacahuete, tahini, etc. La técnica es similar a la preparación de un pesto, y así podemos dejar la crema más suave o con textura.
4. Complemento del yogur, smoothie bowl o gachas
Un desayuno o merienda de lo más saludable y nutritivo puede consistir simplemente en combinar yogur natural con fruta fresca, frutos secos y unas semillas al gusto. La fórmula de ingredientes posibles es infinita y solo depende de nuestro gusto, necesidades energéticas o de lo que tengamos en la despensa.
Esta aplicación como topping se puede extender a elaboraciones similares como un smoothie bowl, porridge o gachas de avena, pudding de chía, cereales integrales, queso cottage o requesón, etc.
5. En masas de panadería y repostería
Crudas son un ingrediente bastante neutro que se adapta bien tanto a recetas de panes y crackers salados como a bollos más dulzones, bizcochos, galletas, muffins o magdalenas; a cualquier masa horneada.
Podemos incorporarlos a la propia miga, algo que funciona mejor en la panadería salada si las remojamos previamente para que queden más tiernas, o como cobertura. En este caso es mejor añadirlas crudas, para que se tuesten durante el horneado y aporten un contraste crujiente, evitando que se quemen. Son perfectas para coronar unas magdalenas de calabaza o un bizcocho.
6. Leche o bebida vegetal
Es el mismo caso que el descrito con las cremas vegetales. Si podemos hacer leche de almendras casera dejando el fruto seco a remojo y triturándolo con agua, también podemos hacer lo mismo con las semillas de calabaza. La técnica es la misma para todas las bebidas vegetales, y se basa también en la de la preparación de la horchata de chufa.
El remojo previo en el caso de las semillas es más necesario para hidratarlas bien, durante toda la noche; luego tendremos que desechar ese agua y triturarlas con unas tres o cuatro veces el volumen de las semillas en agua limpia. Una vez bien trituradas, solo hay que colar la mezcla.
7. Rebozado o cobertura crujiente
Ligeramente tostadas o directamente en crudo, las pipas de calabaza picadas con un grosor medio aportarán una textura extra crujiente a los rebozados de aquellos alimentos que queramos freír, cocinar en airfryer como el bacalao en freidora de aire o al horno. Tan solo tendremos que jugar un poco a ojo combinándolas con el pan rallado o panko, como se suele hacer también con copos de avena o copos de trigo.
Otra idea de rebozado son las mezclas con hierbas y especias para envolver quesos tiernos y cremosos como el de cabra y servir un rico aperitivo.
8. Aderezo de ensaladas y guarniciones
Las mezclas comerciales de semillas para enriquecer ensaladas son un producto popular y común en todas las tiendas desde hace año. Podemos hacer nuestra propia fórmula casera -sale mucho más barato- o simplemente añadir las pipas de calabaza que tengamos en casa.
Si además usamos semillas que hayamos tostado con especias estaremos añadiendo más sabor al plato en cuestión. Es una forma fácil y práctica de hacer más sabrosas y nutritivas las ensaladas todo el año, y también enriquecen cualquier guarnición o plato de verduras.
9. Relleno de carnes y verduras
Los frutos secos más o menos picados son un componente habitual de rellenos de asados. Las semillas de calabaza irán de maravilla en nuestra mezcla favorita, o sencillamente añadiendo un puñado a la receta que estemos siguiendo. Pueden sustituir a los caros piñones o dar un toque distinto de sabor, y también combinan muy bien con rellenos de setas y frutas desecadas como los dátiles, pasas y orejones.
Fotos | iStock - Unsplash - Pixabay
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