Deja atrás los miedos reposteros y entra en la cocina con el rodillo en la mano para darle vida a tu harina en este Día del Padre. Busca el delantal, abre Directo al Paladar e involucra a la familia con estas recetas de tortitas sencillas, sabrosas y versátiles, para daros un homenaje desde el desayuno al postre, hasta pasar por la merienda.
Hoy, además de decirte cómo hacerlas, vamos a convertirlas en tortitas de fiesta con decorados, rellenos y cremas que den mucho juego y aporten un poco de alegría en estos tiempos de cuarentena y de coronavirus, el odioso Covid19. Una receta estupenda para levantar los ánimos de grandes y mayores a ritmo de sartenes y bocados para disfrutar comiendo de un rato en familia.
Ingredientes: baratos y a mano en la despensa
Las tortitas son un dechado de virtudes gastronómicas porque son muy sabrosas y además son asequibles. Si se te ha ido la mano con las compras y has llenado la despensa de harina, huevo, mantequilla, sal, azúcar y algo de levadura, estás de suerte, porque con esos ingredientes podemos empezar a funcionar.
Con esos cimientos no hay postre que se resista, aunque hoy, para hacer algo especial, te vamos a abrir el abanico de sugerencia para que tus masas de tortitas sean la mar de festivas. ¿Cómo? Sigue leyendo.
La receta básica de tortitas
Ingredientes
- Mantequilla fundida 30
- Huevos 2
- Leche entera 250 ml
- Esencia de vainilla 5 ml
- Harina bizcochona con levadura 200 g
- Levadura química 15 g
- Azúcar 40 g
Cómo hacer la receta básica de tortitas
- Tiempo total 30 m
- Elaboración 10 m
- Cocción 20 m
- Reposo 1 h
En un recipiente hondo batimos los huevos, la leche y la esencia de vainilla. En otro recipiente tamizamos la harina junto con la levadura, agregamos el azúcar y mezclamos. Hacemos un hueco en el centro y vertemos en él los ingredientes húmedos. Removemos con unas varillas hasta integrar.
Por último añadimos la mantequilla, fundida y atemperada, y batimos hasta obtener una mezcla homogénea. Cubrimos el recipiente con papel film y dejamos reposar la mezcla en la nevera durante al menos una hora, aunque lo mejor es hacerla la noche anterior y dejar que repose más tiempo.
Calentamos una plancha a temperatura media. Cuando esté caliente vertemos sobre ella pequeñas porciones de la masa. Cuando empiecen a salir pequeñas burbujas en la superficie, volteamos y cocemos por el otro lado hasta dorar.
Repetimos la operación hasta terminar con la masa. Para que las tortitas no se enfríen mientras hacemos el resto las colocamos sobre un plato cubierto con un trapo de cocina limpio. Las podemos conservar en el horno a baja temperatura, unos 50º C.
Rellenos para todos los gustos y paladares
Si algo hace democrática a tortitas, crêpes y pancakes, miembros todos de la misma familia pero con sus particularidades, es que aceptan casi cualquier salsa, relleno o acompañamiento, por inverosímil que parezca. Está claro que la nata, los siropes de caramelo o una buena salsa de chocolate son apuestas a caballo ganador pero vamos a ir más allá.
Reivindica tu especiero. Dale un punch extra a tus tortitas recurriendo a ese carrusel de especias que tienes a mano. Un toque de canela, los matices del cardamomo picado, el interior de una vaina de vainilla, una pizca de nuez moscada, chocolate en polvo para teñir de una sabroso marrón el conjunto, de una ralladura de haba tonka o, haciendo patria, con una pizca de azafrán y que además aportarán su intenso color a la masa. Como veis, no hace falta recurrir al mismo sota, caballo y rey en la mezcla para hacer unas tortitas distintas.
Todo al rojo y al negro
Deja sentirte culpable cada vez que caes en el placer de las tortitas y hazlas más ligeras con su acompañamiento. Nos encanta la nata y la mantequilla pero también puedes dejar que las frutas cobren importancia. Recurre a frutos del bosque y frutos rojos, que son perfectos para esta receta porque son pequeños, fáciles de manejar y en bastantes casos contrastan desde su acidez con el dulzor natural de las tortitas. Aquí las opciones son casi infinitas y puedes apostar por fresas, frambuesas, arándanos, grosellas, moras...
Además, tus frutas también se prestan a ser tu propio sirope. Sólo tienes que trocearlas y cocerlas a fuego suave con un poquito de agua y azúcar, creando una especie de deliciosa compota con la que regar tus tortitas.
El fruto seco no es sólo un aperitivo
Nueces, avellanas, almendras, pistachos, anacardos, macadamias... El mundo de los frutos secos le sienta a la repostería como un auténtico guante y te va a permitir darle una alegría extra a tus masas, que se nutrirán de estas grasas saturadas buenas y aportarán diversidad de texturas al conjunto.
Aunque también se pueden vestir con ellos, evidentemente. Utiliza tu fruto seco favorito, finamente picado para espolvorear sobre el resultado final, o dale un toque ligeramente tostado con una pizca de mantequilla o aceite y májalo suavemente.
Las verduras también tienen cabida
Si buscas una buena forma de que los niños coman verdura, se involucren en la cocina y encima encuentren divertido el plato, las tortitas son tus mejores aliadas. Su masa versátil te permite que le añadas toques de, por ejemplo, cebolleta picada, zanahoria, calabacín o coliflor, e incluso hojas verdes como las espinacas o las acelgas.
Ralla una pizca de estos ingredientes e intégralos en la mezcla para darle ese toque vegetal y colorido a la receta, además de un curioso sabor que las pueden convertir en aperitivo o entrante, sobre todo si las acompañas de una buena salsa, como este tzatziki infalible.
No renuncies a lo salado
Seguro que tienes en la cabeza la típica imagen de desayuno idílico estadounidense con tortitas, huevos revueltos y una pizca de bacon y estás salivando por ello. No te preocupes, es normal y además es un placer que, con moderación, podemos darnos en días tan señalados como estos.
La tortita es un plato muy agradecido que sirve como base, así que puedes optar por la vía tradicional del bacon y los huevos como acompañamiento pero también darle nuevos aires. Por ejemplo, con boletus o setas finamente troceados y ligeramente salteados, con una guarnición de verduras asadas -la zanahoria, el boniato o la calabaza le van de maravilla- o una dosis de proteína animal, como unas buenas salchichas, que convertirán tus tortitas en un plato completo.
Compotas, mermeladas y una pizca de lemon curd
Convertidas en merienda hegemónica, sobre todo por poder darnos ese placer culpable después del trabajo, las tortitas se llevan de maravilla con las mermeladas y las compotas. Un auténtico festín goloso con el que hay que tener algo de cuidado pero que si se disfruta con moderación, es todo un placer.
Aquí se trata de encontrar la fruta que más te guste y dedicarte al placer de los tarros o, si tienes alguna fruta un poco fea en casa, atreverte de una vez a hacer mermeladas caseras. Para ello pueden servirte los primeros melocotones, pero también algunas moras que hayas recogido últimamente, atreverte con esta compota de manzana al bourbon o hacer tus pinitos con el cremosísmo lemon curd.
Lácteos más allá de la nata y la mantequilla
Si piensas que unas tortitas con nata son una bomba calórica pero no quieres renunciar a los placeres lácteos, tu dieta y tu figura están de enhorabuena. Las siempre tolerantes tortitas aceptan casi todo y esto también implica que te des un capricho con quesos frescos y ligeros.
Apuesta por la ricotta, por una pizca de burrata si la tienes a mano, por un buen requesón casero o por qué no, con algún queso estilo Burgos, que sea ligero, para añadir esa frescura al plato. O por un queso crema, como el quark, para untar sobre ellas y no dejar ni una miga en el plato. Sin embargo, si quieres una dosis extra de potencia, ralla un buen queso curado y seco, como un parmesano, sobre la mezcla y verás cómo se integra con el resto de la masa
El helado, un fiel compañero
Hemos de reconocerlo, la vida con helado sabe mejor y si se le añade una bola de helado a una tortita caliente, el resultado es una fiesta para el paladar. Es un matrimonio perfecto que necesita poca explicación y menos justificación, sobre todo si queremos hacer unas tortitas para el Día del Padre, que es un buen momento para darse estos caprichos.
Tú decides el sabor y las tortitas harán el resto, deshaciendo con su calor cada helado y convirtiendo el fondo en una deliciosa salsa con la que no parar de mojar.
Flambeando, que es gerundio
¿Tienes un cognac, un ron o un whisky en la despensa y no sabes qué hacer con él? ¿O te han regalado para este Día del Padre un destilado cuyo aroma quisieras convertir en postre? Estás de enhorabuena entonces porque con las tortitas o pancakes puedes emular a los icónicos crêpes Suzette.
Sólo necesitas un destilado de alta graduación para que pueda flambearse o convertir en una sutil salsa. Para ello debes poner el destilado elegido con una pizca de agua y dejar que se evapore el alcohol y añadirle una pizca de mantequilla para que espese ligeramente y voila, un acompañamiento de diez para tus tortitas de fiesta.
Ahora está en tu mano elegir cómo y con qué acompañar las tortitas pero, recurras a lo que recurras, no te arrepentirás del bocado.
Imágenes | Pixabay/iStock/Pexels
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