El saber popular de toda la vida no es siempre el más recomendable cuando se trata de salud
Confieso que lo he hecho. En más de una ocasión. No recuerdo si lo aprendí viendo a mi abuela y a mi madre cocinar o lo leí en alguna parte. El caso es que el truco de recuperar los típicos trocitos de cáscara de huevo rota funcionaba como magia. Pero no era consciente de que estaba jugando con fuego o, mejor dicho, con salmonelosis.
Cualquiera que haya manipulado huevos en la cocina habrá experimentado en más de una ocasión la frustración de ver pedazos de cáscara rota flotando en la mezcla de huevo crudo. Sucede en masas de repostería, al separar claras y yemas, preparando tortillas, etc. Y es frustrante porque las muy malditas son condenadamente escurridizas.
El truco de toda la vida consiste en sacar esos trocitos usando la propia cáscara del huevo, una de las mitades grandes que nos quedan tras cascar y abrir este alimento. Y sí, funciona a las mil maravillas, pero no es en absoluto una práctica recomendable.
Lo sabe bien Mario Sánchez, tecnólogo de los alimentos y autor de 'A tomate pocho no le hinques el diente' (Plataforma Actual, 2023), que sufrió una salmonelosis con apenas cuatro años. Ahora divulga sobre seguridad alimentaria y nos recuerda que el huevo crudo tiende a tener en su superficie, muy porosa, la bacteria Salmonella, que se encuentra de forma natural en el tracto digestivo de la gallina.
Utilizar un trozo grande de cáscara para retirar un trocito solo aumenta las posibilidades de contaminación, no solo de la preparación que estemos haciendo, también del recipiente, utensilios, superficie de trabajo y nuestras manos. Cuanto más toquemos la cáscara y el huevo crudo, más riesgo. Usa mejor una cucharilla fina o unas pinzas de cocina para retirar el intruso, y después lávalas bien.
A tomate pocho no le hinques el diente (Plataforma Actual)
¿Y no habrá contaminado ese trocito de cáscara la masa? Podría, claro, pero mientras lo que estamos cocinando se caliente a una temperatura mínima de 70ºC durante dos segundos, no habrá problema. Si eres de tortillas poco cuajadas o ibas a hacer un merengue sin cocción, mal asunto. Para curarte en salud, mejor desechar la mezcla.
Imágenes | Unsplash/Elle Hughes -
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