La uva de mesa cobra protagonismo en diciembre con la tradición de tomar las doce uvas al ritmo de las campanadas durante la Nochevieja. Por ese motivo, hoy os hablamos de una variedad de uva con la piel fina, gran sabor dulce y un color uniforme: la uva de mesa embolsada de Vinalopó, la uva de las navidades.
Las uvas del Valle alicantino de Vinalopó, se protegen envolviendo los racimos en unas bolsas de papel, dentro de las cuales maduran, consiguiendo así una calidad única. La calidad de esta variedad está protegida por una Denominación de Origen y recientemente, ha conseguido permiso para ser comercializada también en China.
Origen de la tradición de embolsar las uvas
Esta tradición de cultivar las uvas de mesa dentro de las bolsas, viene de principios del siglo XX cuando Manuel Bonsuoti, un agricultor de la zona, decidió proteger sus racimos de las plagas e insectos. Al producirse dentro de la bolsa, la maduración del racimo es tardía, lo cual hace que las uvas tengan mejores propiedades:
- Piel muy fina y agradable
- Color uniforme de las uvas del racimo
- Mayor limpieza al recogerse los racimos dentro de las bolsas
Hay una Denominación de Origen que protege esta variedad
La Denominación de Origen Uva de mesa embolsada de Vinalopó, certifica la procedencia de las uvas y los controles de calidad realizados en cada racimo, superando las exigencias marcadas por el consejo regulador para obtener un producto de máxima calidad.
Crecer dentro de esa bolsa o vestido de papel permite al racimo su crecimiento protegido de golpes de sol, pájaros y contaminación de productos fitosanitarios
Para certificar los racimos, se colocan vitolas en los mismos y se ponen separadores en las cajas, certificando la realización de los controles de calidad.
Después, las uvas se comercializan en tiendas y mercados, donde son consideradas un producto gourmet dentro de las distintas variedades habituales de consumo de uva de mesa.
Para realizar los controles de calidad y preparar los racimos para llevarlos al mercado, hay que hacer un trabajo muy importante para que las uvas lleguen en perfecto estado a la mesa de los consumidores.
En esta fase, las mujeres son las auténticas especialistas en esta labor, siendo ellas las que recortan los racimos eliminando las uvas de menor tamaño o maduración excesiva, dejando racimos perfectos.
Existen distintas variedades de uva de Vinalopó, siendo las más importantes, la Ideal, que es grande y sabor similar a la uva moscatel, que es de maduración anticipada, consumiéndose de septiembre a noviembre, y la Aledo, más tardía y con uvas de menor tamaño, que se consume de noviembre a enero y es la clásica de la noche de fin de año.
La uva embolsada del Vinalopó, es la uva producida en los siete municipios alicantinos que forman el Valle. Según nos contó Pepe Bernabeu, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida de la Uva de mesa embolsada de Vinalopó, su característica más peculiar es crecer dentro de esa bolsa o vestido de papel, permitiendo su crecimiento protegida de golpes de sol, pajaros y contaminacion de productos fitosanitarios.
Un 60% de la producción de esta variedad, se consume en España y un 40% se exporta, aunque la tendencia parece indicar que los porcentajes pueden cambiar ante el gran panorama que se abre a esta uva con la consecución de los permisos para exportar a China.
Uno de los motivos principales está en las propiedades antioxidantes que tiene esta uva, sobre todo en su piel y pepitas, con altos niveles de Resveratrol, un preventivo en enfermedades cardiovasculares y cancerígenas.
Características organolépticas
A nivel visual, los racimos de estas uvas de mesa embolsadas de la D.O.P. Vinalopó, son casi perfectos. Con un color uniforme al haber madurado dentro de la bolsa y la perfección al haber sido pulidos y recortados por las manos expertas en la cooperativa, su aspecto es impecable.
En boca, la piel es muy fina y agradable, sin exceso de astringencia y no se nota apenas su presencia. Poca resistencia a la presión, estallan en la boca de forma suave. La abundancia de zumo y la pulpa dulce se notan enseguida. Se encuentran dos pipos muy pequeños, sin amargor, que se pueden comer o desechar.
El punto de maduración tardía permite un dulzor especial. Al recogerse dentro de sus bolsas, los racimos llegan protegidos a su manipulación, garantizándose que no se hayan golpeado o dañado durante los procesos.