Durante mis recientes vacaciones, tuve la oportunidad de probar el Kopi Luwak, el café más caro del mundo y por lo singular de la experiencia, tengo ganas de contaros como fue, y valorar si vale la pena o no probarlo.
Resulta que este café que se produce mayoritariamente en Indonesia, tiene como peculiaridad que se obtiene moliendo los granos de café extraídos de las deposiciones de un animal, la civeta, llamada Luwak en el idioma local.
Previo a contaros como funciona el proceso, os diré que hasta hace unas semanas, solamente había oído hablar de este café, pero evidentemente, no había tenido ocasión de probarlo. Lo más caro que había tomado en café, era el estupendo Blue Montain de Jamaica, que por cierto está buenísimo.
El precio
El café de civeta o Kopi Luwak, es muy caro, fundamentalmente porque se produce muy poca cantidad, aproximadamente un total de unos 500 kilos al año, lo que justifica, por su escasez, que tenga tan elevado precio.
El coste medio de un kilo de esta variedad está en unos 900 euros, y tanto en Reino Unido como en Estados Unidos, donde se puede encontrar en algunos lugares muy exclusivos, una taza de este café ronda los 75-90 dólares.
En las islas de Indonesia donde se produce, este café se encuentra a un precio mucho más bajo, aunque desde luego no es barato, salvo por comparación. En uno de los centros de producción en la isla de Bali pude probar una taza, por un precio aproximado de 4 euros, que me pareció caro para ser un café, pero que era al menos accesible para poder probarlo y contaros la experiencia.
La civeta
En Indonesia, se descubrió que la civeta se alimenta prácticamente a base de bayas de café, al ver en sus deposiciones una alta concentración de granos, ya que éstos no se digieren y se eliminan enteros, una vez digerida la pulpa de las bayas. La civeta, como véis en las fotos siguientes, es un animal con un aspecto entre el gato y el zorro, de carácter algo agresivo.
Parece ser que los luwak, tienen la habilidad de elegir los frutos del café cuando están en su mejor momento de madurez y así van comiendo solamente los que están en su punto. Para obtener los granos del mejor café, los indonesios mantienen a las civetas en cautividad en unas jaulas amplias, en las que ellas tienen acceso a las plantas, y así facilitan la recolección de sus deposiciones para obtener los granos.
Proceso de obtención del café
Las encimas del aparato digestivo del Luwak, interaccionan con el café, produciendo el efecto de eliminar una gran parte de su amargor, por lo que el café resulta bastante dulzón sin necesidad de añadirle azúcar, y mantiene un gran aroma y sabor a café intenso.
En cuanto al proceso de obtención y limpieza del café, en el fotomontaje siguiente podéis ver las distintas fases. Primero, os diré que las heces del animalillo, tienen el aspecto de guirlaches formados por los granos de café aglutinados. Estos granos se lavan, obteniendose el café con su piel verdosa. Después se pela el grano, que queda de color pardo, se tuesta, normalmente de forma artesanal, y finalmente se muele para obtener el café, listo para preparar en la cafetera.
En consecuencia, la higiene está garantizada, ya que el café se hace con el grano tostado y molido, tras haber sido pelado, y previamente lavado, por lo que no queda ningún resto desagradable ni desde luego, ningún aroma ni resíduo de origen animal.
Notas de cata
La verdad es que el café de civeta o kopi luwak, está delicioso. Entrando en detalles os diré que el café que me tomé, me lo prepararon en una cafetera tipo moka italiana, y no en una máquina de presión o sistema expresso por lo que no hizo la clásica espuma, pero, a pesar de ello, me gustó muchísimo.
La intensidad del sabor del café la calificaría como 8 sobre 10, con un aroma potente en nariz, que perduraba en el paladar. El amargor era mínimo, mucho menor que cualquier café de tueste natural, y se encontraban notas de sabor a vainilla y un leve recuerdo a cacao, junto a toques dulces tipo caramelo, aunque yo lo tomé sin azúcar.
Lo que menos me gustó fue que al terminar el café, me quedó en la boca cierto sabor terroso, no sé si debido a la forma de preparación, o si es propio de ésta variedad de café, pero esa sensación fue breve, quedandome en boca un muy agradable regusto de sabor dulzón.
Valoración
En resumen, creo que salvo por el carácter exclusivo o snob del producto, en mi opinión no merece la pena pagar el precio que cuesta este café en Europa o América, y aún reconociendo su calidad y los agradables matices de sabor y aroma que aporta el Kopi Luwak, la justificación de su elevado precio, deriva más de la escasa producción que se realiza y no tanto de la calidad del mismo.
De todas formas, me quedo con un agradable y original recuerdo de la experiencia y con las ganas de volver a tomarlo algún día, quizás en otro viaje, pero siendo consciente de que, por su elevado precio, probablemente aquélla fue la última vez que lo pude disfrutar.
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