El vídeo que muestra que hemos estado comiendo mal el Toblerone toda la vida

Más de un año después de que saltara la polémica por el cambio de imagen de Toblerone y su declaración oficial de que ya no son tan suizos, descubrimos que hemos estado comiéndolo mal todo este tiempo. Ha tenido que viralizarse el vídeo de un tiktoker checo para que descubriéramos la forma correcta de partir y servir la icónica chocolatina helvética de chocolate con nougat de almendras y miel.

Jakub Koudelka, a través de la cuenta de TikTok de su marca de ropa foodie compartida con su pareja Andrea, compartió publicó hace tiempo un vídeo en tono humorístico mostrando cómo la forma típica de partir el Toblerone no es la mejor. Normalmente solemos agarrar la porción de uno de los extremos para partirla tirando hacia afuera, pero, al parecer, esto produce un corte irregular que puede romper la chocolatina y, además, si está muy duro puede costar cierto esfuerzo.

En DAP confesamos que cuando hemos comido algún Toblerone -todos hemos caído en alguna ocasión- lo hemos hecho exactamente así, sin plantearnos demasiado si lo hacíamos bien o cómo lograr partir prismas perfectos. Pero lo cierto es que hay una forma más sencilla y efectiva de hacerlo, tal y como Jakob nos muestra: apretando el prisma triangular del extremo contra su vecino contiguo. Es decir, sería como hacer el gesto de un pellizco.

@chefkoudy Do you know toblerone should be pushed together to break?😭😂❤️🍫 #toblerone #tobleronechallenge #mnam #chefkoudy #foodfun #funfood #tobleronechocolate #howtoeat ♬ Heat Waves - Glass Animals

Esto produce una separación limpia, rápida y sencilla, perfecta para repartir en porciones idénticas y sin riesgo de hacerse daño cuando el chocolate ha pasado por la nevera y está duro como una piedra.

En los comentarios del vídeo de TikTok, que por algún motivo ha vuelto a viralizarse meses después tras ser compartido en medios estadounidenses, no faltan los escépticos y críticos con el sistema, porque les parece problemático que las piezas se toquen unas contra otras, o que tengas que poner los dedos en dos porciones. Hay que ser muy tiquismiquis o un obseso de la seguridad alimentaria para que esto te produzca rechazo al compartir una chocolatina con alguien de confianza, pero allá cada uno con sus neuras.

No es el primer vídeo difundido en redes que ya nos enseñaba a partir el Toblerone, pero es una información que nos había pasado totalmente desapercibida. Espero que mi familia suiza no me desherede por esta confesión, aunque tengo que decir que ni se acerca a mi lista de chocolates helvéticos favoritos, ni como chocolatina, que al fin y al cabo es lo que es -no, no son lo mismo-.

Pero sigue siendo, eso sí, un producto ya histórico, un icono mítico, que trae recuerdos de infancia y que muchos asociamos con viajes y visitas que lo traen de recuerdo al pasar por el duty free del aeropuerto o encontrarlo como obsequio en los hoteles. Es difícil no sentir cierto cariño por la marca, por mucho que ahora pertenezca a una multinacional y se produzca fuera de su país de origen.