Esta humilde planta, de la familia de las solanáceas, es una de las verduras más consumidas siendo la base de numerosos platos como la escalibada catalana, la mousaka griega o la ratatouille francesa, entre otros. La principal ventaja nutricional de las berenjenas es su bajo contenido en grasas, lo que las hace ideales para dietas de adelgazamiento o para controlar esos kilos de más para este verano. Eso sí, mejor comerlas cocidas, a la plancha o al vapor, ya que al freírlas ganan gran contenido calórico, como ocurre con las patatas y otras verduras.
¿Por qué nunca se comen crudas las berenjenas? Si hacemos el intento, veremos que crudas tienen un sabor amargo poco recomendable. Esto se debe a que contienen pequeñas cantidades de un alcaloide llamado solanina, presente en mayor medida en las hojas y partes verdes de la planta, y con mayor presencia en los frutos no maduros. Este alcaloide, que puede producir migrañas y problemas intestinales, se elimina con el cocinado. Por esto es recomendable consumir las berenjenas muy maduras y siempre cocinadas.
Pero estos mismos compuestos que dan su amargor tienen beneficios para la salud, ya que tienen propiedades como colagogo, es decir, que facilitan el vaciamiento de la vesícula biliar, con lo que favorecen la digestión de las grasas y mejoran el funcionamiento hepático. Pero además, se han detectado en esta planta altos niveles de sustancias antioxidantes, como el ácido clorogénico, o los flavonoides presentes en la piel que le dan su color morado, y que ayudan en la reducción de los niveles de colesterol. Estas propiedades hacen que sea una verdura recomendada para la población por su papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y del cáncer.
La berenjena es muy versátil a la hora de ser cocinada. En general, sería mejor aprovechar la piel, sobre todo si se trata de ejemplares jóvenes y más tiernos, ya que por el contrario la piel se vuelve dura en exceso. Ya sea cocinada al vapor, cocida, a la plancha, rebozada, frita, en salsas o en ensaladas, siempre hay que cocinarla de forma adecuada para eliminar las sustancias tóxicas que hemos mencionado. Muchas veces se usa zumo de limón para eliminar el amargor característico. En otras ocasiones, sobre todo si se van a freír, se untan con sal y se dejan reposar para eliminar el exceso de agua. Sea como fuere, disfrutemos de este sabroso fruto que tantas posibilidades en cocina tiene como ventajas para nuestra salud.
Vía | Consumer.es En Directo al Paladar | Todo sobre la berenjena. En Directo al Paladar | Ensalada de berenjenas y cilantro. Receta