Nos pille en casa o en un restaurante, la rapidez de actuación ante las típicas manchas de comida y bebida es crucial para reducir al mínimo los daños en los tejidos. Cuando no podemos echar mano de un quitamanchas ni de la lavadora, el agua sin más es la mejor aliada, siempre que la usemos en la temperatura adecuada. Un error podría complicar más el asunto.
El agua siempre es agua, pero en función de su temperatura puede tener un efecto distinto en un tejido manchado. Primero hay que tener en cuenta el tipo de tela y los cuidados que aconseja el fabricante en cada tejido, pues las prendas más delicadas exigirán un trato más cuidadoso si no queremos arruinarlas al tratar de mitigar una mancha.
Ya sea en la ropa o en la mantelería, las manchas suceden a menudo durante una comida o cena. Salpicaduras, goteos, desbordes y algún que otro movimiento torpe pueden crear un bonito dripping de manchas de vino, salsa o chocolate que pueden quedarse para siempre si no se combaten rápidamente.
Agua caliente
Nunca uses agua hirviendo o a punto de hervir directamente sobre las telas, pues puede dañarlas severamente y además podría fijar más las manchas. Sí puede ser efectiva para tratar manchurrones de bayas y frutos del bosque con un tinte muy intenso, como las frambuesas, moras y arándanos, pero en general se recomienda evitar el agua hirviendo por precaución.
El agua caliente o tibia es más efectiva para afrontar las manchas oleosas, de aceites vegetales y grasas como mantequilla, margarina, manteca o aceite de coco. Por tanto es la mejor opción ante salsas o vinagretas con un componente graso, incluyendo la mayonesa o alioli.
También es efectiva contra manchas de tomate fresco o de salsa de tomate, kétchup, mostaza, quesos muy grasos, aguacate y yema de huevo, algo lógico puesto que ambos productos son ricos en grasa.
Añade primero un poco de jabón corriente directamente a la mancha -lavavajillas o de manos- y luego lava la pieza bajo agua caliente, que no te queme en las manos. Frota con suavidad y según la delicadeza la pieza, enjuagando bien también con agua tibia.
Agua fría
El agua bien fría es la apuesta más segura cuando dudamos con la mancha en cuestión, ya que no hay tanto riesgo de que ayude a fijar el tinte en las fibras de los tejidos, como sí ocurre con una temperatura alta.
Aplica agua fría a manchas de chocolate, vino, quesos más frescos, lácteos en general, salsa de soja, café y té, refrescos y salsas y mermeladas o compotas de frutas.
En el caso específico del chocolate, lo primero es rascar o retirar con cuidado las partes sólidas que puedan quedar adheridas sin frotar, y después enjuagar muy bien rápidamente con agua lo más fría posible. El agua tibia o caliente solo extendería más la mancha. Si puedes, aplica un quitamanchas cuanto antes.
Para el vino y la salsa de soja es mejor retirar el exceso de humedad con una toallita, albogón, bayeta, papel de cocina o servilleta limpia absorbente, humedecidos con un poco de agua fría, presionando bien para secar la mancha. Después enjuaga con agua fría o aplica un quitamanchas rápidamente.
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