Las residencias de verano y los lugares donde no acostumbramos a vivir tienden a acumular moho en las paredes, un problema que puede parecer muy complejo de eliminar pero que tiene fácil solución.
Para muchos, la forma de eliminar estas bacterias que tiñen las paredes de un desagradable color negro es pintar de nuevo, pero no suele ser necesario adoptar una decisión tan drástica para eliminar el moho.
El moho es un hongo que asoma en los lugares húmedos, por lo que es habitual encontrarlo en superficies en los que suele darse esta combinación de agua en forma de vapor en el aire.
También sale por filtraciones de las tuberías, por la condensación que puede producirse en el interior de las estancias o por la mala ventilación de estas.
Ahora bien, un habitual ingrediente de cocina es mano de santo contra este: el vinagre de limpieza con toda su sencillez. Este tiene propiedades antifúngicas que combaten a medida este tipo de hongos.
Basta con pulverizar la zona con este ingrediente, disuelto a partes iguales en agua, y dejar que la mezcla actúe sobre la superficie durante una media hora, deshaciéndose poco a poco de este hongo.
Tras el tiempo de espera, hay que enjuagar la pared o la superficie en la que se encuentre el moho y frotar con un cepillo para ir retirando los restos de este hongo.
Para que no vuelva a aparecer hay que incidir en la ventilación regular de la estancia y en la limpieza regular para que no se acumule nuevamente en las superficies de esta.
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