Aunque el avance de las Nespresso y máquinas de café automáticas ha cambiado por completo el panorama cafetero doméstico en nuestro país, lo cierto es que el café elaborado con la tradicional cafetera italiana todavía tiene adeptos, y no son pocos.
Además, aparte del debate sobre qué café es mejor y cómo hacerlo en cafetera italiana, si el de máquina automática o analógica, sobre esta rústica máquina de acero inoxidable o de aluminio también pesan algunos mitos a la hora de lavarla.
La sabiduría popular ha considerado a veces que lo mejor es no someter este utensilio al jabón o que lo suyo es lavarlo con cola, también que simplemente pasarle agua a presión es suficiente para dispersar el poso del café y así evitar malos sabores en posteriores usos.
Pues bien, expertos elaboradores de estas máquinas consideran que sí existen unas normas para el correcto lavado e higienización de estas cafeteras, y que seguir estos consejos es importante para su correcto mantenimiento, durabilidad y para obtener el mejor café de sus entrañas.
Esperar a que se enfríe
El primero de los pasos a tener en cuenta a la hora de lavar estas cafeteras es dejar que se enfríen, y nunca someterlas al chorro de agua fría del grifo para no estropear sus materiales.
Desmontarla
Aunque parezca evidente, para una buena limpieza de esta máquina es importante separar sus piezas y vaciarla de los restos de café. De este modo, deben quedar por separado el cazo del café, la goma, el filtro y la parte superior de la cafetera.
Meterla en el lavavajillas
Solamente en el caso de que la cafetera pueda meterse en el lavavajillas (muchos modelos no son aptos) una gran opción para ahorrar tiempo es meter todas las piezas por separado en el lavavajillas para realizar una limpieza e higienización a fondo.
Piezas a remojo
En el caso de limpiar a mano esta máquina, el primer paso es poner las piezas a remojo con agua caliente en la que se haya disuelto unas gotas de jabón. Así la suciedad se desincrustará y se evitará tener que frotar.
Agua y jabón en cada pieza
Después de este remojo, hay que frotar cada pieza (una a una) con agua y jabón. En el caso del cazo del filtro se puede reforzar la limpieza con un cepillo para eliminar los restos de poso en los agujeros. También hay que ayudarse de un cepillo para eliminar los restos en las aristas del cazo superior.
Recipiente quemado
Si el recipiente inferior está quemado, hay que sumergirlo en un cuenco con agua y vinagre a partes iguales, además de añadir una cucharada de bicarbonato (todo ello llevado a ebullición. Después de este paso hay que frotar con un paño en círculos y las partes quemadas se irán desprendiendo.
Atención a la goma
En cuanto a la goma (que une el cazo y la parte superior) se extrae con el mango plano de una cucharita y se lava del mismo modo suavemente. Si esta goma está muy degradada hay que reemplazarla por una nueva.
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Enjuague y secado
Una vez lavado todo con agua y jabón, un paso muy importante es enjuagar bien todas las piezas para evitar que el jabón dé mal sabor al café. Igualmente, para prevenir la formación de mohos hay que dejar secar las piezas al aire por separado.
Fotos | Josh Withers/Pexels, Ekaterina Bolovtsova/Pexels, Ready made/Pexels.
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