Estas pequeñas bolsas esconden algunos usos imprevistos, incluso habiendo sido utilizadas para prepararse un té o una infusión
Las bolsitas de té son uno de los desperdicios más habituales en cualquier cocina. Se usan para infusionar y, una vez han cumplido su función, se tiran a la papelera sin piedad a la espera de que se descompongan lo antes posible.
Pues bien, estas pequeñas bolsas esconden algunos usos imprevistos, incluso habiendo sido utilizadas para prepararse una infusión, de manera que es una buena idea conservarlas para darles una segunda vida y ser más sostenibles.
Eso sí, en términos generales, hay que darles este segundo uso una vez se acaban de utilizar, y no es buena idea conservarlas húmedas para volverlas a usar posteriormente.
Neutralizar
El té, por su naturaleza, tiene un enorme poder aromatizador. Basta con entrar en una tienda de tés y dejarse embriagar por las fragancias que quieren salir de sus envases opacos y cerrados.
Este olor a flores secas tan natural es un perfecto aliado para neutralizar malos olores del hogar. Solo hay que disponer las hojas de té, una vez secas, en espacios con mal olor, y dejar que hagan su función. Por ejemplo, se pueden poner en bolsitas bajo las bolsas de basura o en la arena de gatos.
Eliminar olores cutáneos
También de la mano de su poder neutralizador, las bolsas de té e infusiones son útiles para neutralizar malos olores que se han quedado pegados en la piel, como los del ajo, la cebolla y el pescado al manipularlos en la cocina.
Simplemente, hay que lavarse las manos usando la bolsita de té como si esta fuera jabón, y sus hojas secas se encargarán de llevarse los malos olores consigo, quitándonos la incomodidad de encima.
Regar las plantas
Las bolsitas de té se pueden usar en una segunda cocción para obtener agua para el riego de las plantas (que hay que dejar enfriar, evidentemente), dados los grandes beneficios de sus hojas.
Entre otros, este agua será muy útil para proteger a las plantas de enfermedades fúngicas, especialmente cuando el té lleve ingredientes como jengibre.
Saborizar arroces
Las bolsitas de té usadas se pueden reaprovechar para darle un toque a los arroces y cereales mientras estos están hirviendo. Solo hay que atar la bolsita a una de las asas de la olla y dejar hervir junto al arroz o cereales.
Este consejo está especialmente indicado para arroces aromatizados y aquellos que van a mezclarse con recetas asiáticas. Solo hay que pensar en opciones como arroz aromatizado con té de jazmín, o avena con notas de té chai.
Un baño relajante
El té tiene muchas propiedades para nuestro organismo, también para la piel. Por ello, es una buena idea incorporar estas bolsitas usadas en cualquier baño y esperar a que sus antioxidantes enriquezcan nuestra dermis.
Aparte, su persistente aroma también hará que el baño se convierta en una perfecta zona de aromaterapia por la que algunos pagarían varias decenas de euros.
Reducir dolores en la piel
Algunas infusiones y tés tienen la capacidad de calmar el dolor en la piel fruto de picaduras de insectos, de quemaduras solares y de procesos de roce como la lactancia.
Así, con estas bolsas sobrantes, como por ejemplo de la manzanilla, se puede mojar una gasa y aplicar en frío sobre este tipo de heridas.
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