Siempre es mejor secarlos al aire y dejar que se sequen por completo entre uso y uso
La limpieza y el cuidado del hogar son tareas cotidianas, pero están llenas de pequeños detalles que pueden marcar la diferencia o mandarlo todo al garete. A menudo, las cosas que hacemos por costumbre o comodidad (o sin darnos cuenta) pueden no ser tan beneficiosas como pensamos.
Secar los vasos boca abajo, por ejemplo, parece una práctica lógica para que se escurran lo mejor posible y no quede nada de agua dentro, pero es importante plantearse si esta es realmente la mejor opción.
Cuidar la cristalería no solo tiene que ver con mantenerla limpia, sino también con evitar daños y prolongar su vida útil. También es importante mantenerla lo más higiénica posible:
Aunque dejar los vasos boca abajo en el escurreplatos o sobre un paño parece práctico, esta costumbre puede generar problemas que muchos desconocen.
Los expertos en limpieza señalan por qué este hábito es un error más común de lo que imaginamos: la acumulación de humedad es el principal problema de secar los vasos de esta manera. Cuando se colocan boca abajo, el aire no circula adecuadamente dentro del vaso, lo que puede generar condensación y, eventualmente, malos olores o incluso moho. Además, la presión del borde contra la superficie puede causar pequeñas grietas o deformaciones.
La mejor forma de secar los vasos es colocarlos en posición vertical, permitiendo que el aire circule libremente. Si estás preocupado por las gotas de agua que puedan quedar en el fondo, un paño limpio y seco es una solución rápida y efectiva. Este sencillo cambio de hábito puede marcar una gran diferencia en la durabilidad y aspecto de tu cristalería.
Escurridor inclinado
Otro consejo práctico es elegir un escurridor que permita inclinar los vasos ligeramente, para que el agua escurra sin necesidad de voltearlos por completo. También puedes secarlos manualmente con un paño de microfibra para evitar marcas y garantizar un acabado impecable.
Además, es importante asegurarse de que los vasos estén completamente secos antes de guardarlos. Esto no solo previene la aparición de olores, sino que también evita la proliferación de bacterias. Un truco sencillo es dejar los armarios ligeramente abiertos durante unos minutos para que el aire circule.
Cambiar pequeños hábitos en el hogar puede parecer insignificante, pero a largo plazo tiene un impacto considerable en la limpieza, en la higiene y el mantenimiento de los objetos. Prestar atención a estos detalles no solo mejora la estética, sino que también reduce el desgaste y prolonga la vida útil de los utensilios.
Foto | cottonbro studio
En DAP | Gracias a Ikea y este accesorio para poner orden ya no odio el armario esquinero de mi cocina
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