Es algo bastante asqueroso para la media de la población: las obstrucciones en el fregadero son un problema frecuente en muchos hogares, y pueden llegar a ser una verdadera molestia, y sobre todo, angustia.
A menudo, la acumulación de residuos, como restos de comida y grasas, forma tapones difíciles de eliminar, lo que genera malos olores y dificulta el uso del fregadero, llegando incluso a bloquear por completo su utilización.
Esta situación no solo ralentiza las tareas cotidianas en la cocina, sino que también puede derivar en la necesidad de contratar un fontanero, lo que conlleva un coste adicional. Por ello, es bueno conocer uno de los mejores trucos que usan estos profesionales.
Uno de los principales culpables de estos atascos son los productos grasos que se vierten por el desagüe, como aceites de cocina, mantequilla y restos de comida que contienen grasa.
Estas sustancias, al enfriarse, se solidifican y forman una capa pegajosa que atrapa otros residuos, generando obstrucciones cada vez más grandes. Por ello, es fundamental evitar verter estos productos en el fregadero para prevenir futuros problemas.
Sin químicos
Existen soluciones sencillas para deshacer estos molestos tapones sin tener que recurrir a productos químicos agresivos. Uno de los trucos más efectivos, usado por muchos fontaneros, es emplear lavavajillas líquido.
Para poner en práctica este método, solo es necesario verter media botella de lavavajillas en el desagüe, tapar el fregadero y llenarlo con agua caliente.
Una vez que el fregadero esté lleno, hay que liberar el agua de forma progresiva. Al retirar el tapón y dejar que el agua fluya, el lavavajillas ayuda a disolver los residuos grasos que causan el atasco.
Este proceso, al combinar la acción desengrasante del detergente con la presión del agua, permite eliminar la obstrucción de forma eficiente y sin dañar las tuberías.
El uso regular de este truco no solo ayuda a solucionar problemas de atascos, sino que también es preventivo. Mantener las tuberías limpias y libres de grasa evitará costosos (y repugnantes) problemas a largo plazo, además de mejorar la funcionalidad del fregadero en el día a día.Foto | Freepik